Una frágil ilusión de comunidad

Por @dinamikideas

¿La creación de una comunidad pese a todo o una frágil ilusión de comunidad?
Micro espacio: Gorka, Maribel

La Comunidad está situada dentro un nombre impronunciable creado hace unos 12 años, un proyecto muy innovador ya entonces, pero que alcanza su apogeo y encaje perfecto en los tiempos actuales manteniendo vivas las actuaciones privadas en el espacio / territorio público.

En el 2011, se convocó a gente variada, por cauces bien diferentes, pero con un mensaje ilusionante empaquetado con un nombre especial y europeizante que mezclaba bien la idea del pasado industrial histórico y la nueva palabra a la moda. Nos sentimos afortunados los elegidos y frustrados los que se quedaron en lista de espera, sin embargo, la rotación en los espacios ha sido amplia y la ocupación escasa desde el principio.

Esta localización se construye y maquea en una gentrificación con un ritmo constante con túneles que desaparecen y paredes que se hacen grises y blancas borrando los alegres colorines de eslóganes y pintadas. Para cuando llegó la calefacción, el sol se puso de verano, y ya habían surgido varios proyectos colaborativos mercantiles entre varios de los habitantes del presente y otros tantos proyectos de trueque con los habitantes del territorio y los vecinos.
En él mientras tanto, y sin dejarnos a la deriva de una suerte de majaderías, problemas técnicos y comunicación nula, nos fuimos reuniendo, saludando, comiendo y nos organizamos dentro del mismo juego, … nos pusimos a jugar al ellos y nosotros. En este juego, tan predecible, cada uno se fue fortaleciendo en su espacio y los espacios intermedios –¡tan importantes ellos!– se fueron estrechando hasta desaparecer en las faltas de saludo, los alquileres puntuales y los emails ocasionales, que llegaban cuando las noticias ya habían circulado por playas vecinas días antes. La información llega en dosis minúsculas….mantenemos los pagos de alquiler.
La situación de nuestra frágil comunidad sin ideario, sin gobernanza, ni normas para limpiar un espacio bajo 0º en invierno y estilo sauna goteante durante el verano, ha curiosamente mantenido una autorregulación peculiar en la que los 10 “Tetrodones”, tirados sin estilo en el espacio, se ocupan y desocupan. Los nuevos ocupantes preguntan por las normas; la falta de ellas sorprende pero finalmente… es tan cómodo como desilusionante. Ahora, 12 meses después, tenemos una ratita mascota informadora de los turnos de limpieza que flaquea como cada pequeño proyecto que se ha intentado poner en marcha. Y es que esto de formar comunidad, ni es tan evidente, ni tan inmediato, ni tan vigorizante, ni tan fácilmente gestionable… financiación, recursos, ideología ¿pero este invento para que vale además de para pagar un alquiler razonable?
¿Cómo ordenar lo necesario para crear un lugar desde donde los espacios intermedios cobren importancia y dejemos de jugar al ellos y nosotros para ponernos a construir con equidad espacios temporal desde donde compartir con recursos comunes la impermanencia actual a favor de una súper- vivencia laboral y social? ¿Qué compromisos e intereses son necesarios en una fábrica con vocación de comunidad?