Por @gorka_zaramari
HONDAKIN
Tácticas urbanas desde los escombros
22-23-24 Noviembre AlhóndigaBilbao
Hondakin: Trad. eusk. (constr.) Desecho, broza y cascote que queda de una obra de albañilería o de un edificio arruinado o derribado.
Este año Hondakin, el festival de reutilización creativa en AlhóndigaBilbao, (re)busca entre los escombros de un modelo de crecimiento urbanístico insostenible para proponer un intercambio de experiencias que usan la práctica arquitectónica como instrumento cultural de investigación, experimentación, interacción y cambio.
Las propuestas que presentamos en esta edición son algunos ejemplos de iniciativas que demandan una nueva relación con la forma de construir las ciudades y una reelaboración de la práctica arquitectónica. Otras formas de construir en las que la arquitectura híbrida con el arte en busca de nuevas percepciones, de una mirada poética y de una forma de ejecución rápida y desprejuiciada. Procesos que generan innovación basados en el manejo de herramientas sencillas, la facilidad de aprendizaje y utilización, y el potencial del ingenio. Una arquitectura que explora nuevas posibilidades para viejos materiales o espacios en desuso y que transforma la manera en la que nos relacionamos con los desechos urbanos.
Son tácticas que se ejecutan en prácticamente cualquier contexto por difícil que sea, introduciendo diseños ingeniosos que manipulan espacio, formas y escalas. En ocasiones, tratan de suplir necesidades espaciales que la arquitectura convencional no cubre, y en otras funcionan como prueba, prototipo experimental o provocación ante una situación sobre la que se quiere llamar la atención. Trabajos con un nivel máximo de aprovechamiento de recursos y flexibilidad que incluyen la energía ciudadana para impulsar la transformación urbana. Construcciones en las que por encima de la perfección se busca la adaptabilidad a una realidad compleja y cambiante. Una arquitectura, que se construye para provocar interrogantes sobre el tiempo en el que nos ha tocado vivir.
Hondakin es una invitación a seguir preguntándonos sobre la forma en la que nos relacionamos con la ciudad construida, sobre la forma en la que consumimos el mundo y sobre la posibilidad de (re)inventar el territorio a partir de nuestra propia imaginación.
