El 14 de marzo comenzábamos el confinamiento después de terminar precipitadamente la Residencia Bherria (12-13 de marzo). Un encuentro de día y medio de duración donde se dieron cita técnicas de la administración pública de diferentes municipios de Euskadi y del estado, para trabajar juntas en fortalecer proyectos de activación ciudadana en sus localidades.

Entre aquellos días y hoy se han sucedido las urgencias propias de la crisis y unas cuantas iniciativas en las que nos hemos ido enredando y que os hemos ido compartiendo. También en estos días hemos ido preparando, junto al resto de equipo de Bherria, los retornos de lo que -estamos convencidas- fue una significativa experiencia para la profundización y mejora de proyectos de colaboración público-social.

Os proponemos un repaso de estos materiales a modo de visita guiada por los resultados de las Residencia:

Para entrar en calor, empezamos por el vídeo resumen del encuentro. Es un relato compartido entre las participantes de la residencia y que transmite el ambiente, el espacio, el ritmo de parte de las acciones, y nos ayuda a poner cara a las protagonistas.

Para esta edición de Bherria hemos elegido el formato residencia que nos ha permitido combinar diferentes ritmos de trabajo al alternar acciones formales e informales. Este formato, intensivo y convivencial, aporta concentración a la experiencia y aumenta la potencia relacional del encuentro. Cada participante llegaba a la residencia con un proyecto en el que tuviera implicación para analizarlo y trabajarlo en/desde tres dimensiones: la colaboración intrainstitucional, la colaboración público-social y la colaboración interciudadana.

Uno de los puntos fuertes de la residencia han sido los dispositivos de trabajo, que han sido diseñados para alternar la reflexión individual y el trabajo colectivo, y facilitar la puesta en común con el resto de personas de cada equipo. Tras la residencia constatamos que han demostrado ser eficaces para analizar el proyecto de forma exhaustiva, focalizar los puntos de fricción y potencia, visualizar el proyecto en su complejidad y ordenar las preguntas a responder y los pasos a dar (opinión refrendada por la buena valoración de las participantes ;D). Todos los dispositivos están explicados, detallados y accesibles on-line. Pueden descargarse para su libre uso y distribución.

A parte del trabajo de mejora de cada proyecto en particular, en la residencia asumimos el compromiso de extraer y consensuar una serie de aprendizajes que compartir en abierto. Un compendio de aspectos esenciales a tener en cuenta en proyectos de fomento de la activación ciudadana a modo de ‘acciones que funcionan’, elementos a tener en cuenta o, incluso, una posible ‘hoja de ruta’ para acometer retos. Finalmente han sido alrededor de 80 medidas agrupadas en 18 puntos diferentes y que hacen referencia a los tres ejes de trabajo.

Toda esta información está recogida en el informe de la Residencia Bherria que además incluye los post previos en los que se presentan los proyectos inspiradores invitados y la evaluación por parte de las participantes, y una reflexión sobre la colaboración público social como modo de enfrentarnos a las actuales necesidades de transformación.

Para terminar con este repaso, queremos hacer una reflexión que nos resuena con fuerza. Uno de los aprendizajes-recordatorio más valiosos que extraemos de la Residencia es el cuidado de las relaciones en los procesos de colaboración. La importancia de reconocer a quienes ‘hacemos juntas’ y de dar visibilidad a quienes desempeñan roles y/o tareas más invisibilizadas. Desde aquí queremos agradecer el trabajo realizado a todas las personas con las que hemos trabajado para desarrollar la Residencia Bherria y sus retornos Raúl Fernández de Pinedo, Josune Urrutia Asua, Diego Sanz (Vudumedia), Olga Ruíz y nuestras compañeras habituales en el equipo de coordinación de Bherria: Arantxa, Ainara y Asier de Komunikatik y Asier Gallastegi. Sin un equipo así, nada de esto podría haber ocurrido.
MILA ESKER DENOI!!