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Celebrar la colaboración público-social

En ColaBoraBora estamos demasiado acostumbradas a activar proyectos que muchas veces no consiguen pasar de un prometedor primer prototipo. Por eso, pasar de pantalla, conseguir evolucionar y dar continuidad a las iniciativas, ha sido de nuestros principales empeños en los últimos años. Y hoy queremos celebrar con vosotras un proyecto que es un buen ejemplo de eso… ¡Llega a su quinto aniversario!

Se trata de Bherria, una iniciativa impulsada por la Dirección de Servicios Sociales del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, junto con el Consejo Vasco del Voluntariado, para explorar e impulsar nuevas formas de colaboración público-social entre la administración pública y la ciudadanía activa. Un proyecto que desarrollamos colaborativamente junto a Asier Gallastegi y Komunikatik, que se dirige a personas con responsabilidad política y técnica de la administración vasca, con responsabilidad y competencias en ese terreno fronterizo entre lo público y lo común. Un programa en torno a tres ejes de trabajo: actividades de capacitación (Prestakuntza), una comunidad de aprendizaje (Komunitatea) y encuentros temáticos para abordar temáticas concretas (Topaketak). Sigue leyendo

No abandonarnos a la oportunidad

Por Ricardo_AMASTÉ

Este viernes, Azul Tejerina me invitó, junto con Xabier Arruza de Bilbao Urban & Cities Design y Gorka Rodriguez de Urbanbat, a hablar en Hoy por hoy Bilbao sobre el “espacio de oportunidad” que se abre con el soterramiento de la Estación de Abando. El programa de Azul tiene de bueno que es un gran altavoz que ayuda a acercar ideas plurales a la ciudadanía para contribuir a enriquecer debates y percepciones; pero por contrapartida, el tiempo es muy limitado y solo llega para poner sobre la mesa unos titulares.

Por eso, además de invitaros a ESCUCHAR AQUÍ el ratito que estuvimos hablando sobre el tema, quiero compartir algunas ideas de forma también sintética, pero algo más ordenada y desarrollada. Sigue leyendo

Compostando documenta 15

Una aproximación a una documenta que se ha articulado como un ekosistema procomunal desde el sur global, que ha intentado poner los medios de re-producción al servicio de les creadores, que ha querido invitarnos a compartir tiempo e ideas, a encontrarse y conocerse, a mantener conversaciones informales, a aprender y divertirse con otres. Un acercamiento a una propuesta artística colectiva y colaborativa, desafiante y pluriversal, experiencial y vivencial, compleja y problematizadora, que nos deja rumiando preguntas para el después.

Texto: Ricardo_AMASTÉ
Imágenes: Ricardo_AMASTÉ y Saioa Olmo
Publicado originalmente en Poliédrica el 23 de setiembre de 2022


Sin darme cuenta, Kassel es el lugar del mundo al que más veces he viajado. Seis veces en los últimos veinticinco años. Antes de ir de nuevo, repasé la reflexión que desde ColaBoraBora hicimos sobre la documenta anterior en 2017. La titulamos
Un arte más allá del arte, que nos haga sentir que algo puede acontecer y en ella, apelábamos a un arte plural, abierto, mutante, muchas veces invisible, menos dependiente e instrumentalizado por lo curatorial, que nos convoque a jugar en común, para componer en tiempo real otras posibilidades.

La elección de ruangrupa como equipo ¿curatorial? para dar forma a esta decimoquinta edición, ya nos invitaba a proyectarnos en la dirección de aquellos anhelos. Por ser un grupo de artistas (y más) que hace de lo colectivo-comunitario una de sus razones de ser y su principal material de trabajo. Por trabajar desde o a través de las prácticas artísticas, pero sin que lo que se produzca sea algo necesariamente reconocible como arte. Por su carácter contextual y red-lacional, operando de forma interrelacionada con otros ámbitos como lo educativo, lo económico, lo político, lo social. O por su consciencia como agentes subalternos y periféricos, que desde el sur (geográfico y epistemológico), no han pretendido ser reconocidos-admitidos-asimilados por quien les invita desde el norte hegemónico, sino que han intentado poner en juego esas-sus otras voces y prácticas, que sumar a la olla común. Una propositiva apuesta por activar situaciones y sostener conversaciones, muchas veces complejas y complicadas, con quien esté dispueste a problematizarse. Sigue leyendo

EL PRIMER DÍA DE CLASE

Hace 40 años, un día como hoy, fue mi primer día de colegio. Al ser un niño invidente me debería haber tocado cursar la EGB interno en uno de los colegios de la ONCE. Pero no fue mi caso. Tuve la suerte de que mis mpadres, junto a otres mpadres se juntaron para defender una educación no segregada para sus hijes, sino integrada en los colegios públicos de sus barrios.

Para hacerlo posible se creó una unidad de apoyo especializado (CRI – Centro de Recursos para Invidentes) que daba servicio a les profesores y les alumnes para facilitar una integración normalizada de la persona invidente en la escuela. Tras evaluar los primeros pilotos, los CRI’s se convirtieron en un servicio público del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. Una experiencia germinal que desde Euskadi se extendió al resto del estado y que a día de hoy es un servicio consolidado, que solo en Bizkaia atiende a más de 200 alumnes. Y sí, ya son 40 años… ZORIONAK!!!

Esta historia fue posible por el empeño propositivo de aquellas familias que se asociaron para defender el derecho de sus hijes a recibir una educación pública junto al resto de niñes de su entrono. Pero también se logró gracias a otros factores humanos y coyunturales que conviene señalar, como: la voluntad política de quienes en aquellos años tuvieron la responsabilidad de dar forma a nuestras incipientes instituciones democráticas; la implicación de les trabajadores de todos los estamentos de educación que hicieron posible aquel experimento; o personas de la propia ONCE que entendieron que la organización tenía que evolucionar con los nuevos tiempos. Algo que es un perfecto ejemplo demostrativo de la potencia transformadora de la innovación ciudadana y la colaboración público-social, de la suma de voluntades, de creer que lo que siempre ha sido de una manera puede cambiarse para ser de otra.

Podemos pensar que algo así pertenece a tiempos pasados, cuando aún eramos suficientemente ingenues y tantas cosas estaban por hacer; y que ahora todo está demasiado institucionalizado, burocratizado, politizado o mercantilizado. Pero no quiero pensar así. Porque yo soy en gran parte producto de aquella apuesta decidida por la inclusión, la diversidad y lo público. Lo viví muy de cerca. Mi padre fue durante muchos años presidente de aquella asociación. Las trabajadoras del primer CRI, que se encargaron de dar forma y poner en marcha el nuevo servicio, fueron en gran parte las que habían sido mis seños de parvulitos en Bambi en Santutxu. Y yo fui une de les primeres 21 niñes invidentes en ir a una escuela pública.

Hoy, 40 años después, gran parte de mi trabajo como parte de ColaBoraBora tiene que ver con contribuir a que se den ese tipo de situaciones, a diseñar entornos y procesos que favorezcan la innovación social desde la colaboración. Eso intentamos a través de proyectos y espacios como Bherria, el EKONOPOLO, Frena La Curva, Sarean o Wikitoki.

Y es que, más que nunca, para abordar los complejos desafíos a los que nos enfrentamos, necesitamos recuperar la ilusión y el deseo, regenerar la confianza entre instituciones y ciudadanía, desencorsetarnos y romper las inercias adquiridas, superar los prejuicios y estereotipos en los que nos escudamos para acentuar nuestras diferencias. Como sociedad necesitamos recuperar la audacia, para desde la cooperación, poder corresponsabilizarnos de un futuro común.

¡PODEMOS HACERLO!

Fotografía: Mikel Alonso
Logotipo: Antón Hurtado

De vuelta a la Residencia Bherria

El 14 de marzo comenzábamos el confinamiento después de terminar precipitadamente la Residencia Bherria (12-13 de marzo). Un encuentro de día y medio de duración donde se dieron cita técnicas de la administración pública de diferentes municipios de Euskadi y del estado, para trabajar juntas en fortalecer proyectos de activación ciudadana en sus localidades.

Entre aquellos días y hoy se han sucedido las urgencias propias de la crisis y unas cuantas iniciativas en las que nos hemos ido enredando y que os hemos ido compartiendo. También en estos días hemos ido preparando, junto al resto de equipo de Bherria, los retornos de lo que -estamos convencidas- fue una significativa experiencia para la profundización y mejora de proyectos de colaboración público-social.

Os proponemos un repaso de estos materiales a modo de visita guiada por los resultados de las Residencia:

Para entrar en calor, empezamos por el vídeo resumen del encuentro. Es un relato compartido entre las participantes de la residencia y que transmite el ambiente, el espacio, el ritmo de parte de las acciones, y nos ayuda a poner cara a las protagonistas.

Para esta edición de Bherria hemos elegido el formato residencia que nos ha permitido combinar diferentes ritmos de trabajo al alternar acciones formales e informales. Este formato, intensivo y convivencial, aporta concentración a la experiencia y aumenta la potencia relacional del encuentro. Cada participante llegaba a la residencia con un proyecto en el que tuviera implicación para analizarlo y trabajarlo en/desde tres dimensiones: la colaboración intrainstitucional, la colaboración público-social y la colaboración interciudadana.

Uno de los puntos fuertes de la residencia han sido los dispositivos de trabajo, que han sido diseñados para alternar la reflexión individual y el trabajo colectivo, y facilitar la puesta en común con el resto de personas de cada equipo. Tras la residencia constatamos que han demostrado ser eficaces para analizar el proyecto de forma exhaustiva, focalizar los puntos de fricción y potencia, visualizar el proyecto en su complejidad y ordenar las preguntas a responder y los pasos a dar (opinión refrendada por la buena valoración de las participantes ;D). Todos los dispositivos están explicados, detallados y accesibles on-line. Pueden descargarse para su libre uso y distribución.

A parte del trabajo de mejora de cada proyecto en particular, en la residencia asumimos el compromiso de extraer y consensuar una serie de aprendizajes que compartir en abierto. Un compendio de aspectos esenciales a tener en cuenta en proyectos de fomento de la activación ciudadana a modo de ‘acciones que funcionan’, elementos a tener en cuenta o, incluso, una posible ‘hoja de ruta’ para acometer retos. Finalmente han sido alrededor de 80 medidas agrupadas en 18 puntos diferentes y que hacen referencia a los tres ejes de trabajo.

Toda esta información está recogida en el informe de la Residencia Bherria que además incluye los post previos en los que se presentan los proyectos inspiradores invitados y la evaluación por parte de las participantes, y una reflexión sobre la colaboración público social como modo de enfrentarnos a las actuales necesidades de transformación.

Para terminar con este repaso, queremos hacer una reflexión que nos resuena con fuerza. Uno de los aprendizajes-recordatorio más valiosos que extraemos de la Residencia es el cuidado de las relaciones en los procesos de colaboración. La importancia de reconocer a quienes ‘hacemos juntas’ y de dar visibilidad a quienes desempeñan roles y/o tareas más invisibilizadas. Desde aquí queremos agradecer el trabajo realizado a todas las personas con las que hemos trabajado para desarrollar la Residencia Bherria y sus retornos Raúl Fernández de Pinedo, Josune Urrutia Asua, Diego Sanz (Vudumedia), Olga Ruíz y nuestras compañeras habituales en el equipo de coordinación de Bherria: Arantxa, Ainara y Asier de Komunikatik y Asier Gallastegi. Sin un equipo así, nada de esto podría haber ocurrido.
MILA ESKER DENOI!! 

¿Algunas claves para el desarrollo de ecosistemas colaborativos?

Hoy hemos estado en el encuentro Bizkaia Empresa, que este año tenía como eje transversal la importancia de los ecosistemas colaborativos para el desarrollo económico empresarial. Y sí, parece que desde Diputación cada vez apuestan más por esto de la colaboración, siendo conscientes además de que su función institucional puede ser propiciar y cuidar las condiciones para que los ecosistemas y las relaciones cooperativas se desarrollen y den frutos. Desde la intervención de apertura de Unai Rementería hasta la de cierre de Ainara Basurko, pasando por un buen número de aportaciones de agentes empresariales “diversos”, se trasluce que lo colaborativo no es un discurso recurrente o una moda, sino que es algo que está calando y va produciendo efectos visibles y tangibles que favorecen la innovación y transformación, no solo de los agentes que participan en estos procesos, sino del conjunto del tejido y del territorio.

Pero estando en el buen camino conviene no acomodarse, sino ir más allá y profundizar. Y como además desde BEAZ nos invitaban a las 500 empresas que hemos acudido al BEC a hacer propuestas, pues reconociendo los pasos que ya se vienen dando, desde ColaBoraBora lanzamos algunas ideas.

  • Maximizar la biodiversidad del ecosistema para asegurar su riqueza y sostenibilidad. Superar los sesgos limitativos derivados del exceso de atención a las especies dominantes (industrial y tecnológico), para, reconociendo el valor y el papel de esas especies, saber atender y valorar también a otras especies tan importantes y necesarias (tirando del símil biológico, cuidar de grandes mamíferos pero también de los colibrís, atender a los grandes atunes sin despreciar los bancos de sardinas, y también dar valor a organismos mucho menos visibles o comprendidos como insectos, hongos, medusas, líquenes…). La verdad es que si tuviésemos que poner un pero a la jornada de hoy, iría en este sentido: nos habría gustado ver mayor diversidad sobre el escenario para ampliar el imaginario, porque además, somos conscientes de que eventos como este son en gran medida espacios de representación simbólica y de declaración de intenciones.
  • Favorecer el conocimiento y reconocimiento entre los agentes diversos que componen el ecosistema (de distinta naturaleza, dimensión, sectores, función en la cadena de valor, cultura organizativa y productiva…). Y hacerlo siendo conscientes de que la evolución de las especies, ya se ha demostrado que tiene mucho más que ver con la lógica simbiogenética y holística propuesta por Lynn Margulis, que con la competitiva selección natural darwinista que sigue imperando como paradigma cultural.
  • Atender procesos de colaboración verticales (entre agentes de un mismo sector a lo largo de la cadena de valor), horizontales (entre agentes similares potenciando el paso de la competición a la coopetición para abordar retos mayores o más complejos) y transversales (entre agentes de distintos sectores y competencias, buscando la polinización cruzada y una innovación más disruptiva).
  • Trabajar y acompañar los preliminares de los procesos colaborativos antes de apresurarse en la consecución cortoplacista de objetivos finalistas (en claves de generación de confianza, identificación de objetivos comunes y/o complementariedades, ecualización de expectativas, gestión de capitales…).
  • Premiar las relaciones simbióticas y mutualistas y penalizar comportamientos depredadores y parasitarios, para que el dinamismo y la innovación se reproduzcan en claves de equidad y reciprocidad.
  • Incorporar perspectivas y principios transformadores al desarrollo territorial económico empresarial, como los de la economía solidaria, los feminismos, el código abierto, las redes P2P o la permacultura.
  • Cultivar el espíritu y las capacidades colaborativas como claves curriculares transversales a lo largo de la vida (desde la educación formal pero también a través de comunidades de aprendizaje y practica).

Y sobre todo, ser conscientes de que a colaborar, se aprende colaborando.
¡SIGAMOS COLABORANDO!

Imagen: biopedia.com