¡EH! Si,
somos nosotras las cobayas
Vuestro sujeto de estudio
ratas callejeras
Comunicación para el IV Encuentro de la Red de Estudios de la Ciencia y la Tecnología, que se celebra en Salamanca entre el 4 y 6 de junio de 2014. Esta comunicación forma parte de la sesión especial que se celebrará el 4 de junio a las 17:15, que también servirá para el lanzamiento de la dinámica NO ME CHILLES QUE NO TE VEO.
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Este vídeo utiliza imágenes procedentes de ‘materiales educativos’ encontrados en YouTube con la búsqueda ‘disección ratas’. El original puede verse aquí.
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Sin doctorados, sin artículos publicados, sin patentes, sin chiquipuntos para el carnet de investigadora. Activistas, amateurs, paracientíficas, emprendedoras, inquietas agentes de la sociedad civil (des)organizada, que colaboramos, articulamos redes multi-inter-trans-in-disciplinares, que generamos inteligencia colectiva…
En nuestro mundo extra-académico, des-homologado, no hay diáspora, ni fuga, ni rescate de cerebros, porque ni siquiera tenemos reconocido el derecho de ser ciudadanas investigadoras. Somos todo (auto)cuidados -eso es lo que nos queda, lo fundamental-, no ya desde la trastienda, sino desde las jaulas de la sala de experimentos (desde la jaula que cada día más es también la calle, la calle como laboratorio). Desde esos lugares en los que aunque apaguéis la luz al iros a casa, sigue la vida (si es que esto es vivir). Si hay resistencia (biológica y política), porque si hay algo que las ratas somos, es resistentes. Por eso ¡CUIDADO! Estamos más que hartas de resultar interesantes a la par que simpáticas, de ser carne de grupo de investigación, por muy investigación participante que sea.
Y es que, estamos taaaan lejos de lo que podría ser una situación donde otras formas investigación sean posibles -entendiendo posible no como algo que simplemente sucede, sino que sucede dentro de unas condiciones de posibilidad/sostenibilidad determinadas, entendiendo también posibilidad como reconocimiento, respeto y reciprocidad-. Porque si, nosotras también nos preguntamos sobre ¿cómo es posible llevar a cabo de forma sostenible una investigación relevante por caminos alternativos a los estándares de la academia? ¿cómo es posible hacerlo sin verse forzada a integrarse y diluirse en la academia; sin someterse a sus inercias, rutinas, prerrequisitos, castas y juegos de poder, trampas administrativas normativizadoras; sin ser instrumentalizadas como simple cobaya circunstancial?
Lo intentamos y no hayamos sino insostenibilidad, precariedad, incomprensión (y pocas ganas de comprender -porque eso supone abandonar el espacio de confort, el poco que a algunas aún les queda-), desequilibrios en cuanto al flujo y redistribución de capitales… ¡Como la vida misma! Nos topamos contra lo instituido, las convenciones y sus miserias. Por eso es fundamental atender más allá de a los qués, a los cómos, prestar atención a la Cara B, sin eufemismos ni autoengaños. Ponernos frente al muro y analizar las alternativas ¿buscar las fisuras, mimetizarse, rodearlo, darse la vuelta y coger otro camino, tratar de escalarlo, be water my friend, dinamita?
Por eso, si como decís, es cierto que somos las mismas, si somos fruto de intereses y circunstancias comunes, es el momento de que así sea. Porque si no hay reciprocidad y afecto, habrá rebelión. Cagaremos en vuestros tuppers, os morderemos (probablemente a quien menos lo merezca), os contagiaremos nuestra rabia… ¡Puede que esa sea la necesaria sinergia!
¿Qué queremos? Ir mucho más allá de la observación participante, radicalizar la idea de etnografía activista. Porque no sólo se trata de que las investigadoras participéis de la situación que investigáis, sino que también los sujetos que configuran esa situación, además de sujetos de estudio, sean consideradas investigadoras. Salir de la lógica del sistema ¿sabotearla, hackearla, apropiárnosla? Ser ello, en todo caso, como estrategia y no como fin. No aspirar a su reconocimiento-legitimización; sino encarnar la precariedad, la vulnerabilidad, la desautorización; para proyectarnos hacia un futuro (presente) basado en otros parámetros e indicadores, otras formas de excelencia, otras maneras de constituir el corpus investigador.
Pretendemos ser ciertamente comunidad, comunidad de práctica. Entendernos como parte de un entorno de aprendizaje compartido en el que distintos agentes -a la vez que se reconocen y establecen redes de confianza-, investigan y experimentan sobre cuestiones concretas que les interesan, de manera (in)formal, interactuando e intercambiando saberes, compartiendo experiencias, generando transferencia.
Podemos compartir algunos casos, que desde sus luces y sombras, quizá sirvan como posibilidad desde la que seguir construyendo y colaborando. Nosotras podemos hablaros de Hondartzan, de Copylove, de meetcommons, de Empresas del procomún, de KitKrak… Otras tendrán otros muchos ejemplos que sumar y remezclar.