Euskara Maitasunetik, mesedez

Por @perucsaban

Este proyecto pretende cambiar ciertos puntos de vista muy extendidos con el fin de aligerar ‘el tema del euskera’, que tan pesado y doloroso resulta para tanta gente: para quien lleva diez años estudiándolo y no se atreve a chapurrearlo “porque lo habla mal” (¡con otras lenguas no le ocurre esto!); para quien se ve obligado a estudiarlo para mantener o conseguir un trabajo (en el que quizá no tenga que utilizarlo); para, por ejemplo, no tener que oir a jóvenes que saben euskera pero lo odian por la presión que han tenido que soportar; para evitar que se siga castigando a los niños por no hablarlo en el cole; para todos aquellos que sufren porque es una lengua que se está perdiendo…

Quisiera desmontar de una vez esa historia de que el euskera no sirve para nada, o de que es una lengua anticuada e inadaptada; también esa otra de que hay que salvarlo a través de la militancia, ese peso moral que obliga a practicar el euskera puesto que es un elemento fundamental en la identidad del pueblo vasco -el nuestro- etc; desmontar también ese mito de que es una lengua muy difícil (casi imposible) de aprender; o ese otro que, a otro nivel, aún vincula al euskaldunzarra (que posee el euskera propio de su pueblo) con el mundo rural y cateto…
Realmente son muchos pesos (¡y más!) que acarrear a la hora de simplemente hablar una lengua. Así, es muy difícil. Cabe preguntarse, y así comienzo mi reflexión:

¿Qué merece en el euskera?

Y encuentro que el euskera sí merece la pena, pero de otra manera. Resumiendo: Es una lengua muy antigua y diferente a todas las que la rodean y esto supone que es un vestigio de otra cultura, no solo milenaria sino radicalmente diferente a las que conocemos y que se han impuesto en occidente: culturas patriarcales y que tienen como eje la identidad; sobre esa identidad que se autoafirma, se construye, se posee, se conquista etc. En euskera no existe el concepto de Identidad, así como tampoco el de Existir (permanecer uno en el tiempo idéntico a sí mismo), eso no pertenece al euskera. El euskera es otra cosa, otra cosmovisión, otra manera de entender la construcción del mundo, más emparentada sin duda con lo que fluye, el Tao y otras culturas orientales que con todo “lo otro”, o sea “esto”. Ése es el tesoro, su interés, su anti-imperialismo si queremos. Pero, paradójicamente, de eso no se habla, no se profundiza. Los que construyeron el discurso nacionalista vasco eran euskaldunberris que tradujeron al euskera conceptos que no le pertenecían para poder construir un discurso político: Aberria, Euskal Herria… todo lo que conforma esa Euskal Identitatea más bien aberrante. Y ahí la cagaron, entrando en ese juego. Ahí empezó a perderse el euskera. Se puede discutir mucho sobre esto (y no soy filólogo) pero no me lío más aquí. (ver referencias)
Me cuesta hablar de estas cosas en castellano, todavía siento mucha vulnerabilidad en este tema y gran parte del dolor ése del que hablo aquí. No quisiera herir a nadie ni que se malinterpretaran los objetivos y los fundamentos de este proyecto. Es un proyecto de amor. De amor al euskera. Aquello que se ama no puede ser impuesto. Debería ser más fácil todo: hablarlo, gozarlo, amarlo…

Zer, hurrengoan euskaraz egingo al dugu?

REFERENCIAS:
“Un escorpión en su madriguera”, Jon Baltza, Hiria, 2000.
“Anti-Identidadea: identidadearen kontrako bizipen bat (EUSKERA)”, Likiniano, 2005.