Atrevernos a imaginar y poner en práctica un nuevo modelo socioeconómico distribuido, a partir de: formas de producción P2P y modelos de negocio basados en la colaboración y la inteligencia colectiva; fomentar la cultura de la copia mediante el código abierto y las licencias libres; o el crecimiento y la internacionalización en red; todo ello dentro de un ecosistema regional cooperativo que ponga en el centro a las personas y sus relaciones.
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Por @Ricardo_AMASTÉ
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La mejor forma de resolver el paro quizá no sea crear más puestos de trabajo; internacionalizarse puede no implicar necesariamente abrir plantas de producción u oficinas comerciales en el exterior; a lo mejor innovar no es algo directamente proporcional a tener más patentes; probablemente incorporarse a ámbitos productivos emergentes no dependa tanto de importar talento como de propiciar las condiciones para su desarrollo contextualizado en nuestro territorio;… En plena crisis, necesitamos dejar de aplicar las mismas recetas e imaginar y poner en práctica colectivamente nuevos modelos socioeconómicos, en relación a la producción, la gobernanza y la propiedad. Superar la parálisis producida por el desconcierto y atrevernos a mirar más allá, para plantear medidas alternativas, atendiendo a las tendencias emergentes, profundizando en las posibilidades de cambio.
Ante esta necesidad de nuevos modelos, están surgiendo diversas alternativas, algunas más continuistas o en transición, otras más disruptivas, casi todas integrando y desarrollando las posibilidades de conectividad e interacción derivadas del uso de las nuevas tecnologías.
Y probablemente el mayor reto en la actualidad esté en decidir, en elegir qué apuestas queremos hacer. Así, sin caer en maximalismos ni pretender modelos unívocos y asegurando la diversidad y riqueza del ecosistema social, sí debemos optar entre: apoyar(nos en) las diversas tendencias que desarrollan las posibilidades de las redes y relaciones distribuidas e interdependientes entre pares, que potencian la inteligencia colectiva y la producción y gestión de valor común a partir de infraestructuras, recursos materiales y repositorios compartidos; o dejarnos arrastrar por las inercias recentralizadoras basadas en el individualismo y el cercamiento de los recursos públicos-comunes, para el control jerárquico y privatizado de la producción y extracción de valor y renta.
Desde Euskadi debemos elegir entre dar la enésima vuelta de tuerca a un modelo gastado o sumarnos a hacer posible un cambio de paradigma cultural, social, económico y político en base a lo común, lo libre, lo abierto y la filosofía P2P. Un cambio necesario que es mucho más que otra reconversión, ya que debe afectar a los sistemas relacionales-sociales, a la gorbernanza, a la educación, a la propia vida. Un cambio que se apoya sobre (a la vez que propicia) nuevos modelos económicos distribuidos, en base a nuevos sistemas organizativos, productivos y modelos de negocio.
Estamos en un momento de oportunidad para afrontar ese cambio. Hay muchos movimientos a nivel internacional que van articulando redes cada vez más densas y eficientes. Existen proyectos que ya se están concretando a nivel práctico demostrando su competitividad, que pueden servir como ejemplos y casos de referencia (la 3ª Revolución Industrial, el consumo colaborativo, las licencias libres, temas de transparencia y opendata, regiones en transición…). Y lo que quizá es más importante -para que a nivel local esto no sea otra estrategia prefabricada-, en Euskadi contamos con numerosas dinámicas favorecedoras de este cambio y con agentes concretos, activos y conectados con este movimiento global.
A continuación queremos desarrollar brevemente los fundamentos de este posible nuevo modelo socioeconómico; mostrar su potencialidad y competencia a través de ejemplos concretos; contextualizar su posibilidad de desarrollo local; y señalar algunas cuestiones y acciones desde las que empezar a trabajar para conseguir que Euskadi sea, por qué no, el lugar más copiado del mundo.
1.- Hacia un nuevo modelo socioeconómico basado en el P2P
El P2P, más allá de un protocolo de intercambio de archivos digitales, es toda una filosofía sobre un cambio de paradigma en la manera de organizarnos-compartir-producir-conversar en red, de forma distribuida, conectando personas e iniciativas, local y globalmente. Una apuesta por la apertura, la descentralización y el empoderamiento colectivo, que tiene su reflejo en toda una emergente y diversa tipología de iniciativas. Desde nuevas formas de producción y consumo, hasta sistemas de gobierno transparentes y horizontales, pasando por el diseño participativo de procesos sociales, o la puesta a libre disposición de todo tipo de información y conocimiento.
El P2P propone un nuevo modelo socioeconómico basado en las redes y relaciones entre pares, Un modelo que no surge de la nada, sino que hunde sus raíces en prácticas comunitaristas y tiene su referente más cercano en experiencias prácticas como las comunidades de desarrollo de software libre basadas en cuatro libertades: 0.- copia y utilización; 1.- acceso código fuente (programa, patrón, diseño, metodología, manual); 2.- modificación, mejora, derivados y nuevas aplicaciones, remezcla; y 3.- comunicación pública, distribución, explotación. Un modo de hacer que ha desarrollado una ética, la ética hacker, basada en el acceso libre, reproducción y distribución del código fuente -la información y/o conocimiento, ya sea en forma de un patrón, un diseño, una metodología, una programación, un manual didáctico, de cualquier producto, servicio o actividad-, de manera combinada con otros valores como pasión, libertad, conciencia y compromiso social, flexibilidad, creatividad o accesibilidad, además de una actitud ecológica que se resume en la premisa «Ningún problema debería resolverse dos veces». Una ética que pone en el centro a las personas y las relaciones entre ellas y con su entorno; que prioriza el uso sobre la posesión, el entusiasmo sobre la ética protestante propia del Capitalismo.
2.- Otra forma de producir para crear valor común
Las nuevas tecnologías y sus usos han favorecido determinadas dinámicas y formateado nuevas maneras de relacionarnos que están teniendo un gran impacto sobre nuestras formas de producir, tanto en ámbitos inmateriales, ligadas por ejemplo a la creación cultural, el software, la investigación científica o la educación; como materiales, ligadas a la producción de objetos, la robótica, la construcción, la agricultura, la automoción, etc.; superando en todos los casos la tradicional división entre saber-hacer-utilizar-consumir, característica del sistema imperante en la actualidad.
Esto aun sólo parece ser un espejismo para muchas entidades que siguen instaladas en el modelo productivo tradicional y que o no se ven capaces o aun no sienten la urgencia de adaptarse a las formas de innovación y producción en red propias de la economía distribuida. Empresas que han sido y en muchos casos siguen siendo grandes (en muchos sentidos), pero que parecen sumidas en la melancolía, sin saber reaccionar ni poner en valor su conocimiento y experiencia, esperando que el modelo en el que están instaladas termine de agotarse (extinguiéndose con él); al tiempo que ven como son devoradas por ese monstruoso y fascinante BRIC, mucho más ágil para competir a precio en economías deslocalizadas de gran escala y que absorben la innovación sin ningún tipo de prejuicio ni peso histórico.
Pero del languidecer de un modelo surge otro. Así, también hay empresas tradicionales que desde su compleja encrucijada si están afrontando el cambio; y prolifera toda una nueva tipología de organizaciones bajo la lógica P2P; (no sólo) empresas, pequeñas, especializadas, que más allá de la economía de gran escala, se fundamentan en economías de alcance, el principio de la larga cola, de los micronichos, la producción bajo demanda o los mercados localizados; y se centran en dar soporte y servicios personalizados, adaptándose a las necesidades de l*s consumidor*s finales, según las prioridades de las comunidades en las que se enmarcan. Empresas que juntas están definiendo ese nuevo modelo por venir. Arriesgando, probando, muchas veces fallando, pero también acertando, porque vivimos un momento de transición, un tiempo para el prototipado, para aprender unas de(con) otras e ir aplicando-adaptando lo aprendido.
Nuevas organizaciones profesionales que combinan el espíritu empresarial (desde la idea de empresa como tomar la iniciativa, arriesgarse, comprometerse con determinación en un reto que entraña dificultad); con modelos organizativos, de relaciones y de propiedad más horizontales y cooperativos; centradas en remunerar el trabajo y premiar la innovación y la mejora-adaptación continua; y cuyo objeto no es la acumulación de capital, sino la creación y distribución de recursos comunes.
Entidades que superando la producción lineal, el posfordismo y tratando de desarticular la lógica perversa del capitalismo cognitivo; producen en común, colaborativamente, desde la distribución de tareas y el desarrollo de sistemas emergentes, aplicando metodologías de desarrollo ágil y extreme manufacturing; y comparten recetas que copiar, mejorar y adaptar. Desde el conocimiento libre, las redes distribuidas y la alta productividad a pequeña escala en macro-repositorios virtuales comunes, aplicados a micro-entornos de producción y consumo. en torno a un número emergente de espacios de co-trabajo, makerspaces, fablabs, hubs y centros sociales vinculados a la innovación social.
Toda una red de agentes que saben que los medios de producción se están generalizando y haciendo accesibles para todo el mundo; que esto está poniendo en cuestión no sólo ya los modelos de negocio tradicionales, sino lo que es más significativo, las formas clásicas de creación, producción y legitimación a lo largo de toda la cadena de valor; y que para bien (o para mal) ya nada volverá a ser como antes.
3.- No es una utopía, está siendo ya una realidad
Estas nuevas empresas P2P dan cada día pequeños-grandes pasos contribuyendo con sus prácticas, productos y servicios, a que la economía distribuida se constituya como un modelo alternativo al actual, lleno de posibilidades reales.
Así, el modelo se está desarrollando gracias a aportaciones teóricas que cada vez tienen mayor impacto; no en vano en 2009 se concedió el premio Nobel de Economía a Elinor Ostrom por sus aportaciones al gobierno de los bienes comunes, y personas como Yochai Benkler, Don Tapscott, Michel Bauwens, Henry Chesbrough, Chris Anderson, Tim O’Reilly, Rachel Botsman o Pekka Himanen, han ayudado a popularizar ideas como la producción P2P, las wikinomics, la innovación abierta, la cultura crowd, el movimiento maker, el consumo colaborativo o la ética hacker.
Pero sobre todo, cada vez hay más casos demostrativos -quizá aun poco significativos para los indicadores tradicionales con los que medimos las cosas, como el PIB-, pero cuyo desarrollo exponencial hace que ya no pasen desapercibidos. Ilusionantes ejemplos prácticos que son de gran ayuda para visualizar y promover este nuevo modelo y que sea asimilado socialmente de forma generalizada más allá de los círculos expertos.
A partir del caso paradigmático de la comunidad de desarrollo de Linux -que ha hecho que el software libre se vaya imponiendo en sistemas operativos, programas y aplicaciones frente al software privativo-, el modelo productivo P2P se ha ido expandiendo, adaptando y diversificando. Desde algo ya tan habitual en nuestras vidas como la Wikipedia, el mayor repositorio de conocimiento libre creado colectivamente, que terminó con la histórica hegemonía de la Enciclopedia Británica a la vez que con la apuesta de enciclopedia digital de Microsoft, Encarta. Pasando por proyectos relacionados con grandes ámbitos industriales como la automoción o la fabricación de maquinaria pesada como: Wikispeed, el primer prototipo de un deportivo de bajo coste y alta eficiencia energética desarrollado comunitariamente bajo licencias libres y listo para su producción por pequeños talleres locales; u Open Source Ecology, que trabajan en el diseño abierto de 40 máquinas industriales básicas para desarrollo autosostenible de la vida, como un generador eólico, un tractor o una máquina de hacer ladrillos. Y así, un sin fin de casos relacionados con el hardware libre y la producción material como Arduino o la impresora 3D de fabricación aditiva Reprap; con el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones como guifi.net; con la circulación de una moneda de curso legal, autónoma y de flujo global como Bitcoin… ¡La lista de ejemplos crece a cada momento!
Tanto es así, que incluso todo esto ya está afectando directamente a las políticas de grandes gobiernos o a las estrategias de mercado de corporaciones transnacionales, con el quizá más representativo ejemplo de la mano de los EE.UU., que con informes específicos desde la Casa Blanca y campañas de inversión como We Can’t Wait, están analizando e impulsando con urgencia la manera de adaptarse a este nuevo modelo socioeconómico distribuido y sistema productivo P2P, para mantener su competitividad a nivel global.
4.- De lo que somos a lo que podríamos llegar a ser
Euskadi, como otras muchas regiones que han vivido (y viven) principalmente de la industria, está experimentando un complejo momento de reconversión (uno más tras el de los 70-80) que deberíamos afrontar como un profundo proceso de cambio. Y este proceso debemos y podemos hacerlo a partir de lo que ya somos, poniéndolo en valor a la vez que superamos nuestro cierto acomodamiento, tradicionalismo y autorreferencialidad, para proyectar desde ahí lo que podríamos llegar a ser.
Somos un pueblo de tradición industrial, con profesionales con formación y oficio en campos técnicos (ingenierías, diseño industrial, mecánica, materiales…) y contamos con algunas empresas referenciales, innovadoras, líderes en sus sectores a nivel internacional. Pero también es cierto que en general, institucional y empresarialmente no se ha apostado suficientemente por la creatividad y la innovación (disruptiva), sino que provenimos y seguimos instalad*s en gran medida en una cultura de la calidad, del saber hacer, de la adaptación y la mejora. Este mismo síntoma se da dentro del sistema educativo -base fundamental de toda sociedad-, demasiado rígido y formal, que sigue primando la profesionalidad-empleabilidad sobre otros valores como la autonomía, la curiosidad, el espíritu (auto)crítico, la iniciativa emprendedora, lo colaborativo o el ingenio (base de las ingenierías en las que tenemos tanta tradición curricular). Es cierto que en los últimos años se ha producido cierto giro institucional (para nada suficiente y en muchos casos más retórico que práctico y contextualizado) y han aparecido entidades como por ejemplo Innobasque, que intentan catalizar, potenciar y poner en valor la cultura y las prácticas alrededor de la innovación (ecosistema innovador y Red Vasca de Ciencia Tecnología e Innovación, dinámica del 4º Sector, ecoinnovación, sociedad efisaludable…).
También contamos con un tupido tejido de pequeñas empresas auxiliares y talleres especializados, que han sido dependientes de grandes empresas y ahora tienen que reinventarse ante la desaparición o deslocalización las mismas. Una oportunidad para experimentar con otros modelos de interdependencia, colaboración local-internacional o generación de proyectos bajo una propiedad común.
Por otra parte, tenemos a nuestro favor una importante tradición cooperativista, con numerosas empresas agrupadas en Konfekoop, que emplean a más de 56.000 personas; destacando el caso paradigmático de la Corporación Mondragón, referencia internacional que está en pleno proceso de redefinición tanto de sus mercados y actividades, como de su propio modelo cooperativo. A esto se suma un importante movimiento alrededor de la economía y la innovación social, desde la economía alternativa y solidaria articulada a través de REAS o empresas de inserción sociolaboral desde Gizatea y EHLABE. Todo esto hace que haya una conciencia del trabajo como elemento de transformación y cohesión social, más allá de su convencional función asociada a la producción de valor económico.
Y lo que quizá es más importante, Euskadi tiene una sociedad civil con iniciativa, con movimientos sociales muy activos, comprometidos con el desarrollo de bienes comunes, vinculados a la ecología, al auzolan, al feminismo, al euskera, a la participación ciudadana o la vida política. Una sociedad que está experimentando una importante e ilusionante nueva fase de apertura y convivencia, tratando de afrontar colectivamente nuestros conflictos, superando un largo y traumático periodo de violencia que nos ha separado y enfrentado, que ha monopolizado la agenda social y política durante demasiado tiempo.
Además, ya contamos con muchos grandes y pequeños agentes de todo tipo, inmersos en estas dinámicas, investigando y elaborando propuestas prácticas. Casos como ESLE, MIK, Irekia, Las Indias, ColaBoraBora, guifi.net, BilbaoMakers, Arteklab, Hackelarre, GoteoEuskadi, BasqueOSE, Cibersity, Conexiones Improbables, APTES, Farapi, NER Group, Arbela, Shareak, mecambio, EHNE, Katilu, Desazkundea, Ekoliderrak, Bagara, Zaramari, Tabakalera, Aprendices, Lan Irekia, Blogariak, Wiki-historias, ÚbiQa y un largo etcétera. Y personas que desde la administración, el entorno privado y la sociedad civil, ya tienen en su adn o se están acercando al P2P, con capacidad para articular y dinamizar el proceso de cambio hacia un modelo socioeconómico distribuido.
Estamos preparadas para dar el salto pero tenemos que atrevernos a imaginarlo y ponerlo en práctica. ¿Que pasaría si las fábricas auxiliares de automoción se juntasen para fabricar conjuntamente un coche de propiedad compartida? ¿Podrían jóvenes ingenieras, estudiantes de FP y trabajadores en paro crear juntas maquinaria industrial de bajo coste? ¿Pensamos en cómo crear e instalar generadores que además de incrementar la producción de energías renovables, reduzcan significativamente nuestra factura eléctrica? ¿Podría la Bienal de Máquina Herramienta coger un nuevo impulso gracias a las sinergias con el movimiento Maker? ¿Nos sumamos a una manera de construir infraestructuras de telecomunicaciones distribuidas y en manos de la sociedad civil? ¿Qué pasaría si pensamos en los patrones, troqueles y sistemas de control numérico como todo un ecosistema de diseño y reproducción libre y abierto? ¿Podemos hacer que la relación entre productores locales del sector primario con comercios y grupos de consumo de proximidad se generalice? ¿Queremos practicar nuevos modelos de consumo colaborativo para el uso del coche, de electrodomésticos, de la vivienda, de herramientas, de productos culturales…? ¿Qué surgiría de la combinación entre empresas y comunidades de software libre y las empresas y comunidades alrededor del euskera? ¿Nos atrevemos a repensar al red pública de escuelas, bibliotecas, centros cívicos, polideportivos o casas de cultura para adaptarlas a nuevas necesidades y formas de estudio, trabajo, ocio, más flexibles y polivalentes? ¿Pueden la banca ética, el crowdfunding, los prestamos P2P, las comunidades autofinanciadas, las monedas locales o las distintas formas de economía no-monetaria jugar un papel fundamental en el desarrollo de este nuevo modelo socieconómico?
5.- Así que…
Este artículo ya se está alargando demasiado y no queremos caer en la retórica, por lo que para terminar vamos a lanzar algunas propuestas sobre cómo avanzar estratégicamente hacia esa idea de Euskadi como el lugar más copiado del mundo.
- De las patentes cerradas a las licencias libres: Las patentes se han impuesto como uno de los indicadores para medir la innovación de manera homologada, cuando no son más que una cárcel para la misma. La idea de proteger-cerrar el conocimiento para extraerle valor se está demostrando cada vez más fallida, ya que su cercamiento impide su desarrollo colectivo (el desarrollo privativo no sólo está resultando insostenible económicamente, sino que está haciendo que muchos productos y servicios dejen de ser competitivos frente a los que se están desarrollado de manera abierta). Y en todo caso, cada vez resulta más complicado poner puertas al campo, ya que los acelerados avances tecnológicos hacen que cada vez sea más difícil proteger el conocimiento de su copia y distribución (o la inversión necesaria para hacerlo no resulta rentable). Pero para funcionar en abierto es necesario todo un cambio de mentalidad, desaprender y salir de la lógica competitiva en que estamos inmersos, para desarrollar una lógica cooperativa -que va mucho más allá de la forma jurídica-, basada en compartir, intercambiar y crear colectivamente. Abrir el código pensando no sólo en que nos pueden copiar, sino en lo que mejoraremos gracias a las aportaciones de los demás al copiarnos, y todo lo que a su vez nosotras podremos copiar también. A nivel práctico es necesario promover el desarrollo y uso generalizado de licencias libres, cada vez más diversificadas y adaptadas, con distintas características, posibilidades y restricciones según su aplicación. En este sentido debemos ser conscientes de que Euskadi históricamente no se ha caracterizado por sus grandes innovaciones, sino más bien, reconozcámoslo, hemos copiado, adaptado y mejorado. Desde la copia también se genera innovación (incremental) y eso lo hemos sabido hacer muy bien… Pero renegamos de esa cultura de la copia, no nos atrevemos a dar el salto hacia lo abierto y nos seguimos aferrando a las patentes cerradas, cuando ahí tenemos muy poco que ganar. Así que ¿por qué no reconocer, poner en valor y fomentar nuestra cultura y economía de la copia en vez de renegar de ella?… Esa apuesta por un cambio de modelo alrededor de lo común, libre y abierto es la base del argumento que da título a este artículo y donde en todo caso se encuentra la posibilidad de una innovación radical.
- Nuevos modelos de negocio basados en lo común, libre y abierto: Uno de los principales retos de la economía distribuida a nivel internacional es encontrar formas de monetizar las prácticas para hacerlas sostenibles y perdurables en el tiempo, para que además de ser parte fundamental de la economía informal, también puedan serlo de la formal. Precisamos de nuevos modelos de negocio basados en la rentabilización de la abundancia de bienes comunes producidos colectivamente -un ‘exceso’ de producción que genera muchas contradicciones dentro de un sistema de mercado tradicional basado en la escasez (una malentendida relación entre oferta y demanda que devalúa el trabajo en vez de valorizarlo y nos autoprecariza como productores)-. Y estos modelos de negocio los estamos inventando-definiendo sobre la marcha, poco a poco, pero necesitamos que cojan cuerpo y se diversifiquen con mayor rapidez, del mismo modo que lo están haciendo los modos de producción y consumo. Para ello hay que dedicar tiempo y recursos a la investigación y definición de modelos de negocio específicos y su aplicación y experimentación práctica sobre el contexto mediante experiencias piloto. Es necesario apostar por grupos de investigación interdiciplinares (personas del ámbito de la economía, el derecho, la sociología, la empresa, la creación, la filosofía…), combinando el conocimiento teórico, con el técnico y con el derivado de experiencias prácticas reales. Así que ¿por qué no sumarnos desde Euskadi a esa apuesta por el desarrollo de los tan necesarios nuevos modelos de negocio y ser así partícipes de la emergencia de este nuevo paradigma P2P?
- Red distibuida vs crecimiento centralizado: Queramos o no, nuestro tejido productivo está compuesto en gran medida y de manera creciente por estructuras nano-micro. Algo que pudiéndonos parecer un problema de escala podría terminar por ser una ventaja competitiva, si consiguiéramos aumentar la conectividad entre agentes, a la par que su grado de especialización, capacidad de adaptación y agilidad para entrar y salir de distintos ámbitos. Para ello, debemos atrevernos a pensar en el desarrollo del tejido económico como en una red distribuida, no basada única ni principalmente en el tamaño de los nodos-agentes, ni en su forma jurídica, sino en la densidad de la red y las relaciones de confianza entre nodos; en la especificidad, calidad, diversidad, innovación de sus proyectos; y en la capacidad de activar las conexiones-agenciamientos temporales, y conectar (otras) realidades. Probablemente no se trate tanto (o sólo) de tener unas cuantas empresas tractoras, sino de muchas organizaciones dinamo. Así que ¿por qué no empezamos a pensar en la dimensión como algo más vinculado a las conexiones que al simple tamaño?
- Internacionalizarnos sin salir de casa: La globalización basada en la deslocalización de la producción, permitida por los transportes baratos gracias a la sobrexplotación de combustibles fósiles, está dejando, no ya de tener sentido (nunca lo tuvo), sino de ser sostenible. Las prácticas P2P de código abierto abren una nueva perspectiva para la internacionalización (otro de los mantras de la economía productiva en la primera década del sXXI) en muchos ámbitos de la producción, potenciando dinámicas de grupos pequeños a escala global. Estamos encaminándonos hacia un modelo donde, lejos del proteccionismo y de mercados cerrados, se trata de abrirnos completamente. Internacionalizar de forma deslocalizada y distribuida la creación, el diseño, la producción de conocimiento y su puesta en valor a través de repositorios virtuales de uso común; mientras que la producción material y el consumo se enraízan y adaptan a prácticas y mercados locales. En definitiva, un modelo de internacionalización que relocaliza la economía y retoma el sentido de su acepción original: administrar la casa. Así que ¿nos paramos un momento a pensar qué tiene sentido internacionalizar, qué relocalizar y cuáles podrían ser otras posibles formas de internacionalizar(nos)?
- Un ecosistema regional cooperativo basado en las personas: Un nuevo modelo socioeconómico necesita de una nueva forma de planificar el desarrollo del territorio, terminando con la competitividad entre ciudades-regiones, para pasar a una fase de colaboración y complementariedad de nodos en red. Para ello deberíamos plantear la transición de los territorios-marca (principalmente ciudades), con modelos de gobernanza corporativos que entienden a la ciudadanía como fuerza de trabajo y las periferias como no-lugares subordinados para sus grandes infraestructuras y externalidades; hacia un ecosistema regional, inclusivo y equilibrado, entendido como un rico entramado rurbano, en el que se recupera la escala humana y la armonía con la naturaleza, se integran espacios para el trabajo y la vida, y tienen lugar distintos y complementarios tipos de actividades, industrias y servicios. Un territorio, que si quiere ser inteligente, innovador y creativo, debe apostar definitivamente porque en primer lugar lo sea su ciudadanía, poniendo en el centro a las personas, potenciando su iniciativa, sus intereses y capacidades. Para que esto se de en Euskadi, es necesario un cambio radical en las políticas públicas y las relaciones inter-intra-institucionales; yendo más allá del provincianismo autorreferencial, a través del dialogo, la cooperación y la articulación de planes conjuntos que hagan por superar barreras y fronteras (físicas, mentales y administrativas); aumentando las sinergias entre administraciones, imaginando nuevas formas de interdependencia y reciprocidad, sabiéndonos parte de un todo. Así que ¿nos ponemos de una vez a trabajar de verdad en común para hacer posible un territorio de oportunidades distribuidas que nos beneficien colectivamente y generen riqueza para todas?
- El tiempo de lo co- y lo crowd: Un modelo socioeconómico P2P se basa en la colaboración entre personas para la identificación y resolución de retos comunes, desde la inteligencia colectiva, la co-creación y la producción cooperativa entre iguales. Se trata de pensarnos como una multitud que pone en valor a los individuos que la componen, desarrollando su libertad y autonomía en interdependencia, dentro de una o varias comunidades: desde el liderazgo distribuido, las normas negociables, distintas formas de implicación y niveles de compromiso, o atendiendo al flujo y la gestión equilibrada de capitales (financiero, simbólico, relacional, técnico, ecológico…). Para conseguirlo son necesarios espacios, procesos y metodologías que favorezcan la interacción y la colaboración. Espacios físicos y digitales de co-working, hackspaces o fablabs, renovadas bibliotecas, centros cívicos y espacios sociales, todo ello conectado con colegios, centros de formación profesional, universidades, con otros polos de conocimiento formal e informal, con empresas y comercios, con los medios de comunicación, y sobre todo, con la vida ciudadana en la calle. Lugares donde entrenarnos para idear, adaptar y documentar prácticas abiertas, a partir del encuentro y la conversación, de la hibridación y la remezcla, del aprendizaje y el conocimiento compartido, de la generación de prototipos, de la prueba-error, de la interconexión de lo micro con lo micro y con lo macro, dejando espacio para lo caótico, lo emergente, el deseo, lo inesperado, lo emocionante… Decir que queremos colaborar es sencillo, pero no nos resulta tan fácil ponerlo en práctica. Así que ¿nos esforzamos por contravenir años y años de educación competitiva, para redescubrir el potencial positivo de colaborar?
- No hay producción sin reproducción: Aunque este artículo está centrado en la dimensión productiva del desarrollo de un nuevo modelo socioeconómico P2P, no debemos olvidar en ningún momento, que el sistema de producción debe estar subordinado al desarrollo de una vida que merezca la pena ser vivida. Por eso, no queremos terminar sin señalar que no se trata de cambiar para que todo siga igual, sino que esta debe ser ante todo una oportunidad para abandonar nuestro frenético y patológico ritmo, afrontar una distribución justa del tiempo de trabajo y la distribución de tareas, y atrevernos a poner en juego definitivamente los afectos y cuidados, la ayuda mutua y los desahogos sin los cuales es imposible imaginar una vida en común. Todo eso que lleva años susurrándonos la economía feminista y que seguimos sin querer escuchar, porque sólo reaccionamos cuando nos gritan. Así que, pensando en que el orden de los factores sí altera el producto y sin que una cosa quite la otra, sino que al revés, probablemente la potencie ¿nos atrevemos a pensar en nuestro modelo productivo anteponiendo la afectividad a la efectividad?
6.- ¿Por dónde empezamos?
Todo este movimiento de cambio ya está en marcha, lleva tiempo sucediendo y quizá es el momento para tratar de articular(nos) mínimamente y buscar cierta incidencia en la sociedad en general, en las políticas públicas y en los debates sobre modelos de productividad y competitividad a adoptar en este momento de crisis.
Para ello lo primero podría ser identificar-mapear los agentes implicados en Euskadi en estas cuestiones: las entidades con posibles competencias; y redes y planes a nivel internacional con los que engarzarlo. Un proceso para reconocernos, para debatir puntos de vista, para federar ilusiones, capacidades complementarias, recursos, y así poder pensarnos en común. Un tiempo para poner a prueba algunos prototipos en ámbitos diversos, que nos sirvan para, desde la reflexión en acción, ir dando pasos prácticos en el diseño e implementación de este nuevo modelo; socializar las experiencias, aprendizajes, aciertos y fallos, y generar transferencia.
En definitiva, crear un marco que dote de sentido las relaciones y el trabajo en común, buscando una incidencia y visibilidad articulada, tratando de evitar el riesgo de que en la efervescencia del momento, cada agente (por unos motivos o por otros o simplemente por inercias) intente centralizar intereses. Porque la única manera de pensar y crear un modelo socioeconómico basado en lo distribuido, es hacerlo de forma distribuida.
Así que ¿nos atrevemos a juntarnos, imaginar y practicar en común, el cambio estratégico de modelo de producción hacia una economía distribuida que nos permita pensar en Euskadi como el lugar más copiado del mundo?
7.- Algunas referencias para tirar del hilo
Existen numerosas referencias para aproximarse a la filosofía P2P, los modelos socioeconómicos distribuidos y sus formas de producción, gobernanza y propiedad. A continuación y para cerrar este artículo de forma abierta, os invitamos -además de a adentraros en las profundidades de ColaBoraBora, donde trabajamos alrededor de todas estas cuestiones a través de iniciativas como Hondartzan, una comunidad de práctica alrededor del procomún y las prácticas colaborativas; GoteoEuskadi, una red social de financiación colectiva y colaboración distribuida; Opentzaileak, una caja de herramientas para producir en abierto; o CopyLove, una investigación sobre afectos cuidados y procomunes invisibles-, a visitar una serie de links desde los que poder profundizar en esta ilusionante oportunidad de transformación en la que todas podemos ser protagonistas:
- Sobre la P2P Foundation, un pequeño vídeo introductorio a la práctica de la filosofía P2P, un reciente artículo de Michel Bauwens titulado Plan para una sociedad P2P: el Estado-Socio y la economía ética, y el informe Overview_of_the_Collaborative_Economy.
- Sobre la Open Knowledge Foundation y su grupo de trabajo sobre Open Economy desde la Universidad de Cambridge.
- Sobre el Movimiento Maker y la 3º Revolución industrial, desde las aproximaciones de Christ Anderson, The Economist o las aportaciones que desde aquí mismo están haciendo la gente de Las Indias.
- Sobre como gobiernos como el de EE.UU. ya se están tomando en serio los modelos de producción P2P y están encargando estudios e implementando políticas para su desarrollo estratégico.
- Sobre la experiencia Open Source Ecology como ejemplo de referencia; y BasqueOSE, como un proyecto para su aplicación práctica en Euskadi.
- Sobre casos prácticos en ámbitos diversos presentados de forma divulgativa en el Colaboratorio de eldiario.es y Código Abierto en 20minutos.
- Sobre el mundo del procomún: un acercamiento a través de la publicación recopilatoria dirigida por Silke Helfrich Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía.
Muy buena propuesta Ricardo,
y muy bien articulada, cada vez está más claro que la estrategia para sostenerse es aportar más valor del que necesitas capturar de forma que el conjunto del sistema tenga interés en que sigas aportando.
Yo digo a todo que sí pero el movimiento se demuestra andando, si hay una nueva economía lo que hay que hacer es crear iniciativas autosostenibles, no solo en base a aportaciones solidarias sino a la creación de valor.
No digo que no las haya, pero hay que comenzar y para eso ofrezco mi soporte…
Aupa Alberto.
Creo que además de las iniciativas concretas y prácticas es muy importante un trabajo de cimientos y fundamentos. Sobre lo autosostenible, entiendo lo que dices, pero un pequeño matiz: (auto)nomía, pero de forma interdependiente y co-responsable, siendo conscientes de lo común(itario) para no caer en el paradigma liberal individual(ista). Y sin dejar de lado la solidaridad o la economía del don, entenderlas también como un juego de legítimos intereses.
A ver si pronto coincidimos!
De este texto se pueden extraer decenas de frases-mantra redondas que estampar en camisetas, bombardear por la calles, colocar en vallas bien visibles…
Pensándolo bien no creo que la dinámica publicitaria de la saturación sea conveniente para lo que realmente es necesario: la asimilación de todos estos aprendizajes y sus posibilidades.
Esto ya no hay quien lo pare, asimilar los aprendizajes e integrarlos en nuestras prácticas y nuestras dinámicas es el siguiente paso. Una integración real, sincera y convencida.
Siguiendo el hilo de que esto ya no se puede parar, aquí va el link a un artículo muy de ejemplos y vida cotidiana de Javi Creus en Yorokobu SE PUEDE, YA LO CREO QUE SE PUEDE http://www.yorokobu.es/se-puede-ya-lo-creo-que-se-puede/
Bai, bai, bai, bai… eta bai!!! Ezina ekinez egina! Martxan jarri ta adibide bihurtu. Hori da erronka! Milesker benetan gure hasiberria den proiektu ireki hau beste ekintza ikaragarri horiekin batera jartzeagatik!!! Ohore haundia da guretzat!!!
Besarkada haundia!
Sí, sí, sí, sí… y sí!!! Una maratón empieza con un símple paso! Toca ponerse en marcha y convertirse en ejemplo. Ese es el reto! Mil gracias por incluir este incipiente proyecto abierto junto a iniciativas tan increíbles!!! Es un gran honor para nosotros!!!
Un fuerte abrazo!
Tomas, un placer. Está claro que ya estamos en el camino y que en cualquier momento todo puede precipitarse.
Muy buenas Ricardo.
En primer lugar, agradecerte el ejercicio nada fácil, valiente y necesario de regalarnos un articulo marco y una propuesta sobre la que poder discutir. ordenado y sistematizado.
En segundo lugar, Comentarte a vuela pluma alguna sensación no sé si contrastada y que se hace difícil o petulante sin saber del todo las motivaciones, el objetivo y destinatarios últimos del articulo. en fin con ánimo de aportar:
– El articulo me parece potente i meritorio sobre todo como una propuesta de concertación. En esta lógica se me surgieren varias cuestiones:
– Una básica, la necesidad de generar ‘conciencia´ de sector/red/pares: para pensarnos y actuar en común (para tener una posición desde la que hablar, promover y generar estrategias compartida, o no o es otra lógica la que queremos promover? más transversal y confederada?)
– Multiplicidad de actores que nos lleva al tema de los papeles y responsabilidades diferentes. Pensar protagonismos diferentes. Entiendo que un pilar a promover es generar políticas públicas decididas a promover la economía distribuida?
– Aquí en concreto, un elemento central, deviene sobre el papel del estado. Hay que darle una vuelta al tema de colaboración público privado: partner state (no big society però tampoco el estado de bienestar acostumbrado, etc.). Precisamente estamos planteando una redefinición de lo público y privado (una mirada más compleja, espacio público compartido, ambivalente, otros vectores y actores (sociales , públicos y comunes), etc.
-Un caso a estudiar interesante ( y que seguro ya conoces) es el de Quebec (y creo que con muchos paralelismos con Cataluña y Euskadi si me permites la traslación un poco fácil y automática) donde han desarrollado lo que han venido a denominar economía plural, desarrollo económico comunitario, a partir de una política de concertación importante, unas políticas públicas decididas.
De todas maneras y últimamente en mi necesidad de radicalización, pienso que es necesario para proponer un cambio de modelo, algunos puntos de partida necesarios?? Primero, cómo diria Sergi Latouche descolonizar muchos de los conceptos empleados en economia però el principal y bàsico es que creo que ya no podemos emplear con tanta facilidad la de desarrollo (ya sé que explicitamente no aparece en el post) sin entrar a redefinirlo ( crecimiento, competitividad o una idea de progreso hegeliano subyacente, etc) .
Creo que en una concertación, un ir hacia la transición, necesitamos redefinir gran parte de la lógica del modelo económico imperante. Creo que para esto, la aportación de Karl Polany puede ser una gran guia; necesitamos de arraigar la economia de nuevo: tierra, personas no pueden ser factores de trabajo, hay más lògicas y economias que la de mercado: reciprocidad, distribución, intercambio (y lo hace des de un trabajo històrico y antropológico. Descubrir que la economia de mercado no tiene más de 200 años).
Y creo que esto nos lleva (no solo al punto de los cuidados) a atravesar toda la propuesta con otras tensiones, me aparecen temas, por ejemplo, como: qué valoramos, que y cuales son los beneficios, etc. Por qué una cosa que me parece básica y central y que no aparece es que creo que una transición pasa por la assumpción de un decrecimiento tal como la conocemos ahora de la economia y de los niveles de vida. Un redefinir cual es la vida que merece ser vivida. Me parece que el articulo lo plantea de manera paralela y transversal, creo que inevitablemente habrá convivencia, contaminación pero que hay una tensión clara que hay que abordar.
Aupa y felicidades por el artículo,
Guillermo
Aupa Guillermo.
Muchas y buenas aportaciones. Eskerrik asko!!
Es cierto que el artículo no explicita sus objetivos y su principal público objetivo, aunque si creo queda claro que se centra en el ámbito de la producción y que uno de los objetivos es fijar un posible marco de políticas públicas. En referencia a eso, al papel de lo público, me parece muy interesante el artículo de Michel Bauwens referenciado al final sobre la idea de Estado-Socio.
Quizá el artículo, al centrarse en (dirigirse a) este ámbito no me he atrevido o no he querido poner tanto peso en algunas de las cuestiones que tu apuntas y que son fundamentales, pero que podrían resultar demasiado ¿disuasorias? a la hora de tratar de abrir algunas conversaciones. No se trata de guardar ases en la manga, sino de tratar de administrar la información… Puede que esto sea un error de base. Quizá sea una limitación, miedo, presunción o incapacidad propia a la hora de plantear el debate en otros términos.
Lo mismo que lo de ir a cuestiones prácticas y tangibles, cuando lo primero son las bases y fundamentos… Esto me preocupa especialmente, ya sufrimos continuamente la no-valorización de lo que tiene que ver con abonar el terreno, alimentar el caldo de cultivo, poner cimientos, hacer compost… Salvo excepciones la gente huye de esos procesos y sólo va a lo concreto-práctico. De alguna forma pasa como con la filosofía, las matemáticas o el lenguaje… Pero quizá este sea otro problema… Otro post.
En definitiva, supongo que lo que nos gustaría con este artículo es algo muy instrumental: evidenciar una posibilidad y tratar de afrontarla localmente -si hay deseo de hacerlo- de manera algo articulada y sostenible, desde lo distribuido.
Muy de acuerdo con tus comentarios, y muy petinentes, Ricardo,
Sólo era aportar a voz de pronto ideas que me sugerían. Entiendo que el post ya era de por si extenso como para dar respuesta a todas las ramificaciones posibles y potenciales. De todas maneras hay tensiones que siempre estarán abiertas como el dinosaurio de Monterroso ;-))
Gracias a vosotros que desde Colaborabora nos inspiráis a much*s,
Ánimo y un abrazo,
Guillermo
A mí me ha encantado. Si bien creo que «mi abuela no lo entendería» y pienso que ese debería ser uno de nuestros objetivos principales, me ha hecho muchísima ilusión sentirme protagonista del cambio. En esa línea de terminología accesible, nuestra propuesta con BasqueOSE es llegar a los Euskal Baserritarrak y por eso el esfuerzo en Euskera.
Me ha enriquecido de links e iniciativas que desconocía y me ha animado a seguir dedicando esfuerzos. 😉 jejejee!!!! Ah!!! Y me ha dado un hilo para preparar una charla el martes que viene en la UPV. «REUTILIZA»»COPIA» «MODIFICA»»DISTIBUYE»… «Emprendimiento, Open Source y nuevos modelos de negocio». Vaya mix!!!
Mil gracias!!!!
ABRAZOOOOOOO!!!
Ricardo, hace tiempo que te sigo con mucha atención, y hoy debo darte en especial la enhorabuena porque este artículo creo que va a marcar un punto de inflexión. Creo que has descrito metódicamente un programa que puede ser referencial no sólo para Euskadi, sino también otros territorios. Suscribo profundamente todos los extremos que mencionas. He linkado esta aportación tuya en el grupo en FB de los Espacios Sociales de Innovación (http://www.facebook.com/groups/153222314710558), también en el de Exnovadores (http://www.facebook.com/groups/134747489875059), donde nos encontramos gentes del mundillo innovador en Extremadura, entre ellos mucho conocidos vuestros, y voy a proponerlo como marco conceptual para las siguientes fases del desarrollo del espacio social de innovación Mainova (http://www.mainova.es), que estamos desarrollando en Extremadura, porque creo que es oportuno y útil. Gracias por compartir tanto y tan bueno.
¡¡Enhorabuena por el artículo!! Una reflexión inteligente de una opción para reinventarnos, para no caer en el colapso. Coincido que la sociedad del conocimiento y la economía hacker, junto a las organizaciones P2P son la vía que nos permitirá redefinir un nuevo modelo de vida, en que la comunidad vuelva a cobrar el peso necesesario para crear lazos estables y de cooperación dentro de la sociedad.
Os dejo un enlace de una reflexión paralela que nos planteamos desde Segovia
http://asociaciondevecinosdevellosillo.blogspot.com.es/2013/04/ideas-para-la-repoblacion-de-castilla.html
Ritxi, a mí también me ha gustado tu artículo, que yo casi calificaría de manifiesto. Y lo firmaría en su totalidad si es que algún día nos ponemos a firmarlo.
Yo quería hacer una pequeña reflexión sobre cómo se podría extender este modelo o modelos de producción, consumo, intercambio, vida, etc. Me suele preocupar mucho cómo llevar las cosas a la práctica, y digo esto dándote la razón en la respuesta que das a Guillermo (creo) de lo importante que es abonar el terreno y no sólo estar en la práctica. Es, sin duda, una labor absolutamente necesaria. Pero en estos procesos de reflexión me suele invadir un temor: el de quedarnos dando vuelta a los conceptos. Digo esto porque me ha ocurrido demasiado a menudo y llega un momento en el que casi se hace imposible pasar a la práctica.
Entonces, aceptando que es necesario ese trabajo de abono, creo que debería estar acompañado de otro abordaje, que es el de una práctica que responde a unas necesidades reales. Hablar, discutir y reflexionar es muy necesario, y que nadie piense que defiendo lo contrario; pero lo que me parece más interesante y, sobre todo, con más posibilidades de la cosa se plasme en una práctica, es cuando el inicio es una necesidad a la que queremos dar respuesta. Estoy bastante convencida de que es así como nacen las experiencias sobre las que después hablamos y debatimos porque responden a modelos que queremos impulsar, modelos sobre los que, muy a menudo, las personas que lo practican, no saben nada.
Si queremos que las pequeñas y micro empresas de Euskadi, por poner un ejemplo, adopten este modelo, creo que tendríamos más posibilidades de que lo hicieran no tanto por convencimiento (ideológico, económico u otro), sino porque a una necesidad se plantea una solución y que esa solución tenga forma de P2P, procomún, código abierto o lo que queramos. Las experiencias basadas en un modelo de organización basado en los bienes comunes del mundo rural en Euskadi surgen así: primero es la necesidad, el problema que quieren resolver, y después viene el modelo de organización, que lo adoptan no porque prefieren este a otro más capitalista, explotador, o contaminante, sino porque es el que más se adapta a sus necesidades y a sus características. Claro, la cosa está en que opten por ese modelo. En el mundo rural lo llevan en los genes, por decirlo de alguna manera, pero no el urbano-industrial. Entonces sería necesario estar allí para que eso se les pueda ocurrir. Afortunadamente (aunque suene raro decirlo) estamos en crisis y las personas, las empresas, las comunidades se van a ir encontrando con situaciones muy difíciles a las que van a tener que dar solución, y tal y como esta todo, las soluciones no van a poder ser ni personales ni individuales, sino comunitarias y colectivas. Así que aprovechemos esta circunstancia. Estemos ojo avizor y propongamos soluciones, salidas prácticas a necesidades reales que no pueden ser saciadas como lo habían sido hasta ahora. Esto, evidentemente, no se podría haber hecho hace 10 años, cuanto estábamos en la cresta de la pompa, ya que, desafortunadamente, parece que mucha gente, cuando puede, evita las complicaciones de lo comunitario o lo colectivo, y opta por lo individual, siempre más aburrido pero menos conflictivo.
Esto se está alargando mucho así que lo dejo aquí.
Muchas gracias Ritxi.
Aupa Beatriz.
Últimamente me siento como una especie de palabrero o algo así, cuando siempre he pensado que estaba en la ‘reflexión en acción’. Ya se están haciendo muuuuchas cosas prácticas, mucha gente probando en distintos ámbitos, reinventándose, llegando a lo abierto desde el convencimiento, la necesidad o el total desconcierto.
Se están haciendo muchas cosas, incluyendo en ellas pensar y dar vueltas a los conceptos y ver que hacemos con las vidas y los cuerpos. Hacer en todos los sentidos, no sólo en el productivo.
No caigamos en la trampa de la 3ª Revolución Industrial sin más, porque puede que tenga mucho más de industrial que de revolución. No despreciemos el HACER del trabajo intelectual y de construcción colectiva de lo simbólico y subjetivo.
Así que si, HAGAMOS o mejor SIGAMOS HACIENDO!!
Bueno, por fin, un día de lluvia ahí fuera, un sábado aquí encerrado y he podido leer todo el texto, comentarios incluidos. Y tengo sensaciones extrañas y contradictorias.
Sí, desde luego que sí. Es la primera de mis sensaciones. Pero a la vez veo el todo y creo firmemente que conviene abordarlo por las partes. «Reflexión en acción» es un juego que puede tener más sentido si lo formulamos como «acción con reflexión». Hacer, hacer y hacer. El mundo se cambia haciendo… pero también es verdad que tiene que haber quien se curre el asunto de las ideas. El dibujo tan completo que presentas, Ritxi, y al que se añaden más y más referencias tanto locales como de ambición planetaria, me abruma. Me sobrepasa, me hace sentir casi una mierda. Sí, por eso. Me da un subidón y al tiempo me aplasta contra el suelo. No sé si son esas cifras de paro o que el mundo que dibujas es todavía alternativo y marginal. Nada de mainstreaming ni chanflainas parecidas. El estándar es otra cosa. Aquí lo que somos es una cuadrilla de pirados.
Y otra vez vuelta a creerme que no, que esto está cambiando. Veo la lista de gente de la que hablas. Entran muchos agentes de cambio. Entra hasta Innobasque. Supongo que debe estar ese y otro tipo de organizaciones que surgen impulsadas desde la Administración Pública que tenemos. Luego cuando hablas con la gente de a pie ves, la mayor parte de las veces, la miseria del momento actual donde quien dice que no está mal es porque está peor.
Yo creo que existe una lógica de complementariedad. De que tenemos que ser diferentes para aportar desde perspectivas diferentes. El «todos a una» lo suspendí con muy deficiente en EGB. Pero no digo que no haya quien tenga que insistir en ello. «Todos a una», movimientos potentes de gente con ambición de cambio global. Yo miro a lo pequeño, a gente con nombre y apellido que se acerca y a la que puedo mirar a los ojos y decidir si surge la química o no. No me veo más allá. No me veo con la capacidad de cambiar modelos globales. Solo me veo en lo diminuto que soy y en una capacidad de influencia muy limitada.
Por eso tu texto me deja un tanto inmovilizado. Porque sé que si lo proclamas como manifiesto y dices para firmarlo tendrás la mía. Pero sé también que no puedo contribuir lo que quisiera. Porque no tengo la fe para mover la montaña. Estoy terminando de leer un librito del difunto Sampedro en el que explicaba que él profundizaba en su espesura y que reconocía que cada cual interpreta la realidad como si esta fuera una composición de millones de planos diferentes (uno por persona). Me siento así: creo comprender tu mensaje pero me llena de dudas. Dudas que tienen que ver con la acción. Eso sí, estoy con Txelu, tengo que sacar en positivo que podemos hacer muuuuuchas camisetas con algunos de tus textos.
Y dicho todo lo anterior… optimismo que no falte. Manos a la obra. Un par de dientes de suerte, una pizca de inteligencia, una cucharada sopera de rabia y todo ello sazonado con una dosis generosa de sentido crítico. Ah, y como siempre, el plato se degusta mejor en buena compañía. Nos seguimos leyendo.
Julen
Aupa Julen.
Creo que lo interesante de ‘un’ modelo P2P es precisamente que no en UN modelo unívoco de ‘tod*s a una’, sino que premia la diversidad, las múltiples posibilidades y que las Ps son de Personas, en red, una red que para mi no es una simple infraestructura, sino una posibilidad de comunidad más o menos (in)formal.
De todas formas, creo que desde lo micro, no debemos perder la perspectiva de lo macro (y viceversa). Un sistema informal o incluso amorfo, no deja de ser o proponer un sistema.
Eso si, sin agobios (más de los que ya hay), cada cual trabajando desde donde se sienta más cómod*, con autonomía, pero en interdependencia.
Sobre la situación entre mala y peor… Es cierto que el nivel de incertidumbre, de precariedad, de desamparo institucional, es muy preocupante y puede inmovilizarnos… Ante eso. ¿Qué nos queda? ¿Soñar, lucha de clases, nihilismo, posibilismo?… ¿Simplemente seguir haciendo-probando y ser generos*s?
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Ricardo, muy buen post. Has sistematizado muy bien conceptos, personas y experiencias que sirven de base al cambio de modelo que preconizas y que sabes que comparto. Por tanto, 100% de acuerdo. Me falta, como siempre y como me sucede a mi también, el saber quién es o quienes podemos ser los agentes del cambio y el camino del mismo. Entiendo que lo mejor sería generar «polos», espacios en los que se hiciera visible, o «más» visible. Y luego tendríamos el problema de escala, que es donde deberíamos ver el papel de administraciones y poderes públicos. En Euskadi teneis un potente movimiento cooperativo del que desconozco si está por una labor como la que sugieres, aunque solo fuera en parte o como experimento a proteger y fomentar. En fin, Ricardo, seguiremos…ya sabes donde estamos
Aupa Joan.
Eskerrik asko por el comentario.
Pensando en agentes y caminos, yo intentaba en el txt señalar algunos, centrándome además en el área de la producción y poniendo en este caso el acento más en lo industrial (con lo que muchas cosas quedan fuera de este artículo siendo totalmente necesarias).
Bajo mi punto de vista, los agentes somos todas (es lo bonito e interesante del P2P), probablemente empezando desde quienes ya estamos implicado*s y más motivad*s para ello (es el momento de demostrar si esos intereses formulados son reales o simple retórica); y tratando de incidir en las políticas públicas para favorecer y acelerar (o cuando menos, no entorpecer) estos procesos.
Sobre los caminos en este terreno de la producción, creo que la clave está en hacer sostenible de forma distribuida lo que las formas de producción P2P ya están posibilitando. Esto es, que lo que se ha conseguido en cuanto a la forma de producir tenga su equivalencia a lo largo de toda la cadena de valor, teniendo en cuenta a todos los agentes implicados en la misma (atendiendo de manera especial a la fase de creación casi siempre desatendida y desvalorizada). Para ello en el txt se plantea una posible (un simple apunte muy mejorable) combinación de actuaciones alrededor de las que explorar-investigar-proponer: modelos de negocio basados en la colaboración y la inteligencia colectiva; fomentar la cultura de la copia mediante el código abierto y las licencias libres; o el crecimiento y la internacionalización en red; todo ello dentro de un ecosistema regional cooperativo que ponga en el centro a las personas y sus relaciones.
Todo esto es sólo el principio, está casi todo por hacer.
Así que como dices: SEGUIMOS!
Gracias por el artículo Ricardo y compañía.
Ilusiona pensar que escenarios como este no están tan lejos y que iniciativas como las que refieres pueden ser parte de un nuevo sistema y no estar aisladas. Comprenderlo de esta forma ya es un paso para modelar y construir la realidad.
Experiencias desalentadoras de participación me han ido llevando más a creer en zonas temporalment autónomas que en posibilidades de cambios culturales a media/gran escala. Pero me has hecho pensar en las positivas, alguna como Aprendices.
Cuentas con mi ilusión y ganas de participar.
Seguiré dándole vueltas y tirando del hilo.
Un abrazo,
Aupa Amaia.
Creo que a este sistema P2P se llegará principalmente desde la suma concatenada de zonas temporalmente autónomas que vayan afectando las infraestructuras y dinámicas imperantes.
Gracias por la aportación. Creo que muchas veces desde la acción política se plantean críticas al modelo económico actual, críticas normalmente bien elaboradas y razonadas, pero pocas veces se plantean soluciones y caminos a seguir, que es lo que necesitamos actualmente.
Está claro que el modelo basado únicamente en el mercado ya no es viable como modelo de desarrollo, por lo menos para los humanos. la economía debe ser una herramienta de organización, pero se ha convertido en el manual de una máquina que ya no funciona.
Un saludo y disposición de apoyar toda alternativa positiva.
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Plas, plas, plas Ritxi.
Lo considero inspirador… para actuar. Me explico. Efectivamente, se dan mucha condiciones en nuestro diminuto país para poder ir empujando un poco más si cabe. has mencionado algunas iniciativas que ya están en marcha, no sé si con el total de la filosofía o con parte de ella, pero el caso es que están funcionando, que no es poco. Cabe sumarse al carro esas más iniciativas nano y personas-nano (ánimo Julen) para que desde cada una de esas acciones haya un mismo espíritu: éste.
Sólo me queda decir que hay que apoyarlo y que no es tanto «referenciarnos-diferenciarnos» frente al resto sino comprender que en éstas, hay nuevas alternativas que por estar ya probadas, pueden ser un camino (no el único) para avanzar como modelo social y cultural.
No se necesitan ya estructuras macro sino relaciones entre «nanos» para irlas construyendo… lo grande abruma, lo pequeño anima y siempre desde ese espíritu cooperativo en positivo.
Saludetes
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Querido Richi:
Te había prometido comentar este pe’azo de articulo después que regresara de Costa Rica. Aquí estoy, disfrutando de tu documento a tope. Empecé a escribir mis comentarios, pero como ya se me estaban haciendo largos, decidí publicar una nueva entrada en mi blog, donde expongo mi punto de vista. Creo que eso es bueno para promover la conversación, que es algo que buscas con este documento de partida. Dejo aquí el enlace a mi post: bit.ly/159cpHm
Enhorabuena por el texto, compañero
Un abrazo 🙂
Aupa Amalio.
Me voy corriendo pa tu blog.
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