Algunas preguntas sobre por qué no todos los proyectos están funcionando en Goteo

Llevamos ya casi seis meses con Goteo en marcha con gran flujo de proyectos. Es emocionante ver la cantidad de iniciativas interesantes que hay entorno a lo común, libre y abierto. Muchas salen adelante, consiguen el apoyo económico que buscaban para hacer un poco más sostenible su actividad, para poder dedicar tiempo y esfuerzo a ofrecer en abierto el fruto de su trabajo. Eso nos alegra. Pero hay otro sentimiento, no diría de pena, sino de cierta ansiedad, por todas aquellas que no consiguen alcanzar el objetivo que se han marcado… Nos preguntamos ¿Por qué?

Muchas veces nos hemos hecho esta pregunta, en un intento de ir encontrando respuestas que nos ayuden a ir mejorando el servicio que ofrece Goteo. Y hoy, vamos a tratar de compartir esta inquietud, utilizando como excusa Getxoberpiztu. Un proyecto que nos parece ejemplar en muchos aspectos y que entendíamos era una buena oportunidad para extrapolar el procomún a lo físico, a lo local, como prototipo de otro montón de proyectos posibles, sobre nuevas formas de entender-ejercer la arquitectura, en relación directa con la sociedad civil, tratando de pensar-construir poniendo en juego la inteligencia y la implicación colectiva… Pero a falta de 4 días de campaña, Getxoberpiztu se encuentra muy lejos del objetivo económico que se había marcado. Y si entre tod*s no le ponemos remedio, es un proyecto que NO va a salir. Y nos preguntamos ¿Por qué?

Así que, antes de seguir leyendo, lo más URGENTE: entra en Goteo y co-financia Getxoberpiztu. Buscamos 300 personas que pongan al menos 10€ ¿Eres una de ellas? Por sólo 10€ ya formarás parte de un mural virtual colaborativo; por 20, en la versión física del mural que se trasladará al solar a modo conmemorativo y por 700, un taller práctico sobre los procesos y metodologías que se han llevado a cabo (si por ejemplo, eres una escuela de arquitectura o una asociación de vecin*s inmersa en un proceso de este tipo, este taller es una ganga!).

Y ahora que tod*s ya habéis ido a Goteo, hecho vuestra pequeña-gran aportación, podemos continuar, tratando de analizar esas cuestiones, que a veces hacen que algunos proyectos de crowdfunding no lleguen a funcionar tan bien como pensábamos que lo harían.

¿FALTA DE COSTUMBRE? Creemos que este por qué, en gran medida tiene que ver con que no somos una sociedad acostumbrada a invertir en proyectos que nos interesan, nos afectan, que tienen que ver con nosotr*s. Hemos delegado toda esa responsabilidad (o nos la han arrebatado y no hemos puesto suficiente empeño en remediarlo) en las administraciones públicas y en las empresas. Estamos dispuest*s a pagar impuestos (a regañadientes y cuantos menos mejor) y a acudir al mercado a comprar productos y contratar servicios; pero no lo estamos para afrontar otras formas de inversión o co-responsabilidad económica, que posibiliten otras realidades alternativas a los modelos imperantes. Hemos perdido casi cualquier deseo de autonomía e independencia a nivel colectivo, como sociedad civil, aunque si reclamamos estas cuestiones en claves más individualistas.
En el caso de Getxoberpiztu, se trata de un espacio baldío ganado al tejido urbano para la vida pública. Un solar recuperado, en el municipio de Getxo, en el que en un proceso participativo, se ha decidido qué hacer, cómo hacerlo y se va a construir también colectivamente ¿Acaso procesos de este tipo sólo se pueden llevar a cabo si los financia completamente el Ayuntamiento? ¿L*s vecin*s no estamos dispuest*s a poner un poco de nuestra parte?

¿EL IMPACTO COMUNICATIVO TIENE REFLEJO EN LA INVERSIÓN? Hemos comprobado que Goteo tiene un efecto importante sobre el impacto comunicativo de los proyectos, tanto por formar parte del contexto general de Goteo y aprovechar la atención puesta sobre esta red social, como espacialmente, por el esfuerzo que cada proyecto hace por comunicar(se), por aparecer en medios generalistas y especializados, por moverse en los social media, etc. Pero no necesariamente este impacto comunicativo, mediático, tiene un reflejo directo en la inversión, en la cantidad de cofinanciador*s, de personas que llegan a conocer el proyecto, muestran interés y además, dan el salto a invertir en él.
Getxoberpiztu se ha movido (probablemente ha empezado a hacerlo con intensidad demasiado tarde), ha aparecido en numerosos medios locales con espacios significativos, ha enviado boletines, se ha dirigido a su círculo más cercano y a los grupos de interés, se ha movido en las redes sociales, en twitter, pero la gente retwittea pero o co-financia ¿Hay alguna forma de enfocar la comunicación de cara a que se haga efectiva la inversión? ¿Hay algunas claves extrapolables entre proyectos? ¿Cada proyecto debe hacer su propio plan de comunicación?
En cualquier caso, quien quiera meterse en una campaña de crowdfunding con su proyecto, debe tener claro que eso supone meterse en un intensivo proceso de comunicación de 80 días de duración, muy dirigido, no sólo a comunicar las bondades del proyecto, sino a pedir dinero.

¿NOS DA VERGUENZA PEDIR DINERO? Tenemos un proyecto interesante, no tenemos problemas en contarlo, porque nos lo creemos, confiamos en sus posibilidades y efectos, estamos comprometid*s para llevarlo adelante… Pero a la hora de pedir dinero para poderlo hacer efectivo de un modo sostenible, nos asalta la timidez. Y además, solemos presupuestar a la baja, menos de lo que sería necesario para que la iniciativa se desarrollase de un modo no precarizado-precarizante. En general somos buen*s pensando y produciendo, pero peores planificando y muy mal*s en la labor comercial. Porque en determinados ámbitos, hablar de dinero nos acompleja, nos parece fuera de lugar. Si lo hacemos, solemos hacerlo con la boca pequeña y lo dejamos para el final. Si ni siquiera somos capaces de movilizar a nuestro entorno más cercano y comprometido (las tres F’s de Family, Friends & Fans), ni a las personas más afectadas-implicadas en el proyecto a las que tengamos acceso directo ¿Cómo vamos a convencer a quienes ni siquiera conocemos?
Probablemente en Getxoberpiztu hay algo de todo esto. Cómo estamos colaborando con la gente, pidiéndoles su participación ¿Cómo además les vamos a pedir dinero? Y más allá ¿Cómo vamos a convencerles para que ell*s también pidan dinero en su entrono, en su escalera de vecin*s, en la peluquería, en la panadería en el bar? Al fin y al cabo ¿no estáis tod*s implicad*s en generar un bien común para el barrio? Y además, apelando a la sabiduría popular ‘Triste es de pedir, pero más triste es de robar‘.

¿TENEMOS IDENTIFICADAS LAS COMUNIDADES DE INTERÉS? A veces el problema no está en que no nos atrevamos a pedir dinero, sino que no tenemos del todo claro a quién pedirlo o cómo pedirlo. En todo plan de marketing -y una campaña en Goteo lo es-, es fundamental identificar el público objetivo y segmentarlo por grupos y/o comunidades de interés. En general, los proyectos que aparecen en Goteo son proyectos especializados y/o localizados, Por eso, lo importante es centrar bien a quien le cuentas-vendes cada cosa, pensar en por qué a alguien le interesa específicamente el proyecto, ir a personas-agentes concretos, pensar en quien te va a ayudar a ampliar los círculos de influencia, quienes son personas prescriptoras de tu proyecto, a quien le puedes ofrecer alguna de las recompensas tipo talleres o servicios derivados, etc. Cuanto más se concrete todo esto mejor, con cara, nombre y apellido. Por que la comunicación generalista no es lo mejor per se: salir en el telediario de máxima audiencia no va a reportar necesariamente un impacto equivalente en inversiones, si es que el público objetivo de ese proyecto no ve ese telediario, sino que se mueve en tres redes sociales y blog localizados.
También puede pasar que nuestro proyecto parezca demasiado local y que la gente que no pertenezca a ese contexto no se sienta interpelada. Por ejemplo, un proyecto de espacio urbano en un municipio bizkaino como Getxo ¿por qué tiene que interesarme si yo vivo en Badajoz? Si bien es cierto que un proyecto como Getxoberpiztu debería ser capaz de interpelar de modo directo a l*s vecin*s de Getxo, también lo es que de lo que trata lo abierto es de generar herramientas que faciliten la transferencia de conocimiento, de herramientas para la implementación en otros lugares. Por eso, tan importante como el propio espacio físico, es el rastro articulado que dejamos del proceso de participación que se ha desarrollado, para que otr*s puedan seguirlo, utilizarlo, hacerlo suyo y enriquecerlo. Sobre esto y cómo poner en valor estas cuestiones más intangibles y deslocalizadas, profundizamos en las siguientes cuestiones.

¿PROBLEMAS PARA FIJAR EL VALOR? Otro factor crítico es el que se sitúa alrededor del valor del proyecto, no tanto (o sólo) el valor económico, sino qué aporta, en qué es beneficioso que este proyecto se lleve a cabo. Suele pasar que existente mucha distancia entre el valor supuesto de un proyecto desde el punto de vista de quien lo impulsa y el valor percibido por la comunidad a la que se dirige. Muchas veces no somos capaces de transmitir ese valor, no sabemos contarlo para que se entienda, para que se valore y/o para que haya cierto consenso en el valor.
¿Realmente l*s vecin*s de esa zona de Getxo valoran que vaya a haber una nueva zona de uso común para poder jugar, reunirse, poner una pequeña huerta, etc? Y otras personas y colectivos que se dedican a activar procesos participativos de intervención urbana ¿Tienen interés en disponer de los manuales y materiales sobre las metodologías desarrolladas? ¿Se ha entendido que tipo de manual de metodologías se va a ofrecer en abierto? ¿Hay que dar una información más detallada sobre esto para que realmente pueda establecerse un juicio sobre el valor? ¿Hay una inflación de este tipo de procesos pero no ponemos en valor las maneras, los procedimientos, el aprendizaje un*s de otr*s y la transferencia de conocimiento? Esto nos lleva a otra cuestión.

¿VALORAMOS LO LIBRE Y ABIERTO? Una cuestión clave para quienes estamos alrededor de Goteo, porque desde la Fundación Fuentes Abiertas, nuestro objetivo principal es el fomento de lo común, libre y abierto en todos los ámbitos de la vida y el crowdfunding tan sólo es una herramienta para ello, no un fin en si mismo. Así que, por ejemplo, que desde la sociedad haya una creciente valorización de lo libre como posibilidad y alternativa real, que frente a la propiedad privada individual lleguemos a preferir la propiedad colectiva-comunal, el derecho de acceso-uso frente al deseo de poseer, son temas que nos preocupan. Y en todo esto hay muchas cuestiones filosóficas y políticas, pero además, hay mucho de práctico. Tenemos que ser capaces de demostrar que lo libre y abierto es mejor que lo cerrado, que si compartimos lo que sabemos, lo que hacemos, tod*s sabemos más, tod*s podemos aprender de-con los demás, ir mejorando los procesos y los proyectos de manera distribuida. Hay mucha pedagogía por hacer, muchos buenos ejemplos que poner y ejemplos que hay que aterrizar, que situar en cada caso, para que más allá de el uso retórico de una licencia libre, se ponga en valor eso que liberamos.
En el caso de Getxoberpiztu, además del terreno-equipamiento de uso comunal hay un valor extrapolable a cualquier otro territorio-experiencia, qué son los manuales y materiales sobre metodologías colaborativas. Un conocimiento fruto de la experiencia en el desarrollo de Getxoberpiztu, que las personas que han participado en el proceso ya tienen incorporado, porque lo han hecho propio desde la experiencia, pero que para que sea útil a otras personas en otros lugares hay que formatear de manera adecuada. Contar bien, de modo pormenorizado, los procedimientos, las fases de trabajo, las técnicas colaborativas utilizadas, explicar lo que ha funcionado y lo que se podría mejorar. Teniendo en cuenta que ahora a nivel mundial y muy significativamente en el Estado Español, hay un gran número de arquitect*s redefiniendo su profesión, en muchos casos hacia este tipo de prácticas de carácter más sociológico ¿Es que no encuentran valor en este tipo de materiales prácticos? ¿No queremos ser conscientes del esfuerzo-tiempo de abrir un material para compartirlo en condiciones y de su probable necesaria monetización para hacerlo de modo sostenible? Nosotr*s hemos hechos mucho este tipo de manuales y por eso somos conscientes de lo que cuesta hacerlos. También hemos usado mucho este tipo de manuales que otr*s han puesto a libre disposición, por eso también sabemos lo útiles que son y los valoramos.

¿INVERTIMOS POR LAS RECOMPENSAS INDIVIDUALES O POR LOS RETORNOS COLECTIVOS? Y lo anterior enlaza con lo que sigue. En general el crowdfunding se basa en las recompensas individuales, es un sistema que tiene mucho que ver con la precompra. Depende de la cantidad de dinero que pongas optienes un tipo de recompensa, que va incrementándose, sofisticándose en medida que va aumentando la aportación. Pero en Goteo, aunque también puede haber (y en general las hay) recompensas individuales, ponemos el acento en los retornos colectivos, en aquello que cada iniciativa devuelve de manera abierta a la sociedad, el procomún que genera. Pero no tenemos claro, si esos retornos colectivos, cuya generación es el objetivo principal de Goteo -una plataforma desde la que hacer sostenible económicamente, de manera colectiva, el abrir proyectos para compartir su código-, realmente son el incentivo principal y/o suficiente. O los proyectos que acaban funcionando, más allá de liberar su código fuente (de la forma más pertinente en cada caso, según la tipología de cada proyecto), algo que se da por supuesto en Goteo -y que quizá por darlo por echo no se valora en su justa medida-, necesitan ofrecer recompensas individuales, de carácter tangible, que complementen su proyecto y puedan escalar el tipo de aportaciones. En algunos casos estas recompensas son convenientes y necesarias por la naturaleza del proyecto (por ejemplo, en el caso de ¡Rebelaos! iban ligadas al plan de distribución del propio periódico). Pero otras muchas veces, no son más que una especie de fetiche, de objeto que simboliza la transacción, de gif de merchandising, como puede ser una pegatina o una camiseta, que no hacen sino responder a la lógica del intercambio material individual(ista). Algo que no deja de ser contradictorio con la lógica de muchos de los proyectos relacionados con lo común, libre y abierto, desvía la atención sobre las tareas esenciales a realizar para el desarrollo de las iniciativas y obliga a sobre-esfuerzos a sus promotores (que al mismo tiempo, han tenido que hacer un gran esfuerzo extra sosteniendo la campaña de crowdfunding durante 80 días). Quizá Getxoberpiztu ha sido víctima de no ofrecer este tipo de recompensas, sino de tratar de poner en valor lo que ya estaban haciendo ¡Qué es mucho! También hicieron una apuesta de este tipo, además evidenciándola, desde MoveCommons, y no doy buenos frutos. Ante esto, probablemente no podemos apelar a la razón, somos seres fetichistas, un poco a lo Golum y ‘Mi tesoro’ Pero ¿Estamos dispuestos a hackear esta conducta? ¿a autohackearnos?

¿CÓMO DE IMPORTANTE ES LA BARRERA TECNOLÓGICA? A veces nos olvidamos de que todo este proceso alrededor de los proyectos sucede en internet, lo que tiene muchas cosas positivas (la proliferación del modelo crowdfunding es fruto del soporte que ofrecen las NTIC’s), pero también sus cosas malas. Porque no tod*s estamos acostumbrados a movernos por internet y la brecha digital, parece invisible pero es muy profunda (sobre todo en algunos ámbitos y sectores de población) y condiciona las relaciones y el acceso a los proyectos -sobre todo en proyectos que son menos tecnológicos o más ligados a la calle como es el caso de Getxoberpiztu-. Todo esto genera diferentes problemas, el principal, que para hacer una microinversión en un proyecto hay que superar varias barreras de entrada, como son: 1.- que te llegue información del proyecto, 2.- que te parezca suficientemente sugerente como para clickar en el link (lo que se complica si la información no te llega on-line sino vía televisión, prensa, un cartel en la calle, alguien te lo cuenta en una reunión, etc.), 3.- hace falta registrarse, darse de alta en Goteo, lo que puede retraer y dar pereza a mucha gente, y 4.- hay que efectuar el pago on-line mediante tarjeta de crédito o paypal (hay mucha gente que desconfía de la seguridad de los pagos por internet y/o no tienen cuenta de paypal, lo que supone un nuevo registro para conseguirla). La conclusión es, que la gente que invierte en los proyectos, es gente verdaderamente con ganas de hacerlo, que le supone un tiempo y compromiso y que además, por lo general son personas acostumbradas a usar internet, relacionarse y hacer transacciones. Por tanto, debemos usar mucha imaginación para inventar nuevas formas de captar recursos allí donde se encuentran y de manera más directa (acción-reacción, respondiendo con inmediatez al estímulo, al primer impulso de invertir), que luego traslademos a la plataforma digital para que se sumen al montante mínimo u optimo que estemos persiguiendo. Por ejemplo, quizá el recurso de las huchas en comercios y en bares puede ser una buena estrategia que recuperar. La llegada de internet no debe suponer que abandonemos lo que siempre ha funcionado. El truco está en la sabia combinación de lo nuevo con lo viejo.

Seguro que hay muchas más preguntas que podríamos hacernos, tantas como proyectos que no consiguen funcionar, pero por hoy ya son suficinetes, que ya hay suficiente material para pensar en como seguir mejorando.

A ello!!!

P.D. Según estoy publicando el post, una amiga me dice ‘Igual la gente no pone dinero, porque lo que le pasa, es que no tiene dinero que poder poner’. Una realidad tan cruda ante la que poco se puede decir. Ánimo!!

11 Respuestas a “Algunas preguntas sobre por qué no todos los proyectos están funcionando en Goteo

  1. Creo que en este caso en concreto, puede estar lacrando el hecho de que se trata de un proyecto que se percibe como localista, muy de Getxo. («Se percibe» no queiere decir que «lo sea»…). Por otra parte, al gremio de los arquitectos, últimamente, en general, le ocurre algo parecido que al de los artistas, que lamentablemente somos percibidos como algo caprichoso, pijillo, egoísta, hedonista, basado en unas especie de star-sistem y totalmente prescindible para la sociedad… Hay que darle la vuelta a esa percepción… ¡Suerte, nuevo espacio libre en Getxo!

  2. Además, es que Getxo, no es que se perciba como pueblo pobre, precisamente… Puede se otra de las causas de porqué no está funcionando esta financiación colectiva: la marca «Getxo» como algo «boyante»…

  3. Gracias por estas reflexiones. Son extrapolables a cualquier campaña de un proyecto abierto!

    Yo, desde un punto de vista totalmente personal, y quizás sea muy evidente creo que influye mucho el «capital inicial», es decir que si tienes de las 3 F una buena aportación inicial eso ayuda mucho a la hora de que otra gente vea que su inversión es segura y va a llegar a buen puerto.

    Otro tema a tener en cuenta es que quizás haya una saturación de proyectos a financiar y no lo digo por Goteo solo.

    Ánimo!

  4. ¿Por qué hay que registrarse como usuario para aportar dinero? ¿Por qué no queda más claro que se pueden hacer contribuciones anónimas?

    Los factores señalados aquí están muy bien pero creo que se puede añadir uno más: un % de la gente que va a aportar a tu proyecto porque te conoce y tal no tiene intención (ahora y aquí) de involucrarse más. Tiene sus 5€-10€ en pensamiento y si pudieran introducir los datos de su tarjeta y largarse lo harían.

    A menos que haya una cuestión legal, yo les dejaría pagar añadiendo un campo para el correo electrónico y una checkbox opcional para recibir más informaciones sobre el proyecto y sobre Goteo. Desde ahí se les puede ir pescando luego, pero no intentar hacerlo ya antes porque un % se tira p’atrás.

    Otra cosa que creo que funcionaría son vales transferibles: pago 10€ a Goteo con mi tarjeta y le paso el vale a Fulanita el día de su cumple (entre otras cosas porque ya no sé qué regalarle).

    Otro incentivo es involucrar subvenciones por la vía de la paridad: «Por cada euro que pongas en este proyecto, el Ayuntamiento de Getxo contribuirá otro». (o 50c, o algo)

    ¿Y dejar entrar más proyectos? Habrá más que fallen pero también más entrada de nuevos usuarios, y… A Goteo le falta una cierta masa crítica que es a lo que Kickstarter parece estar llegando. Y claro «si yo veo que me cuesta arrastrar a la gente a G cuando veo la cantidad de cosas que salen en K… Igual la próxima vez me lo pienso mejor y coloco el proyecto ahí.»

  5. Pernan, es cierto que el poder del imaginario social tiene mucho peso.

    Pedro, lo del empuje inicial es una de las claves. En Goteo, hasta que el proyecto por si mismo no tiene capacidad de generar un 20%, no pasa a una zona de destacados. Y si, hay mucha saturación… Yo no doy de si ni conmigo mismo.

    Quim, muchas cosas, muchas gracias. En algunas de ellas estamos trabajando, pero no damos para todo. Vamos poco a poco, cogiendo, masa crítica, movilizando recursos, mejorando la usabilidad…
    > Lo del registro está claro que es una barrera de entrada en cuanto a donaciones y cantidad de clicks para llegar a hacer una primera donación ¿Hay alguna plataforma en la que para donar no haya que registrarse? En esto me pillas pez.
    > Lo de la subvención o aportación pública o privada ya lo estamos trabajando con la bolsa de ‘Capital Riego’. La idea está, pero ahora hace falta que se nutra, que haya capital para invertir.
    > El vale transferible es algo que tenemos sobre la mesa pero aun no lo hemos trabajado, porque hay ciertas cuestiones del crowdfunding que lo complican (por ejemplo, la devolución en caso de que el proyecto no sea exitoso).
    > Sobre la cantidad de proyectos, nosotr*s estamos especializados en proyectos de cualquier ámbito de actividad relacionados con lo común, libre y abierto, eso es una restricción, pero también un signo de identidad y diferenciación con muchos factores positivos para los proyectos. Si estas trabajando en un proyecto libre a nivel estatal (ámbito en el que por ahora funciona la plataforma por cuestiones legales), yo creo que te combiene publicar en Goteo, porque es un contexto propicio, cuidamos mucho los proyectos (todo lo que podemos) en la fase de preparación y durante la campaña, damos apoyo en comunicación… y en realidad, gran parte del éxito de la captación de recursos depende de la capacidad del impulsor del proyecto en mover su link de distintas formas (redes sociales, blogs, su mailing list, etc).

  6. Genial artículo. Brillante análisis del caso Goteo, desde mi perspectiva en la periferia me ha ayudado a aclarar muchas cosas.

    Dicho esto, me gustaría decir que creo que estas «taras en el proceso» que se describen no son más que «taras individuales» que tenemos cada uno de nosotros y se trasladan a una estructura «superior». Me explico: Yo, a nivel ciudadano a pie de calle pienso `me da igual lo que suceda en Getxo´ `No le dejo a mis colegas 30€ ni para entradas del Athletic´ `Para qué voy a preguntar a otros si yo ya se´ `Eso de «lo libre» es para frikis y modernacos´ y demás… estás actitudes se trasladan a nuestras actividades sociales generales y estas a nuestras actividades web-social media por ende.

    Al final de cierta forma sólo los creyentes y personas activas socialemente comprometidas (y con nivel medio de ofimática!) acaban en el mundo del crowfunding.

    Suscribo punto por punto vuestro diagnóstico. Me ha dado mucho que pensar y mucho que entender. Gracias!

  7. aupa!! he llegado a este interesante artículo por medio de Iñigo, compañero del HUB Donostia 😉 y lo es sobre todo por las diversas reflexiones que compartes :), en una primera reflexión se me plantea la duda de si una herramienta de crowdfunding global es adecuado para financiar un proyecto de acción/cohesión local…, como bien comentas la cultura que hemos experimentado recientemente no nos ayuda a participar/implicarnos en proyectos abiertos y colaborativos, y muchas veces esperamos una recompensa material de algún tipo…, no nos basta con buen sentimiento de haber participado/aportado :), quizás estos proyectos sociales y localizados deberían de plantearse distintas fórmulas para ofrecer/compartir el disfrute de ese bien común que se va a generar, o incluso ofrecer distintas vías de participación durante su proceso de desarrollo :), y en este sentido creo que, aunque en un principio por la novedad algunos proyectos locales puedan captar la atención externa, lo natural sería que mayormente buscásemos proyectos de bien común en nuestro entorno, donde podamos participar de forma más activa y empática (presencial), y donde el decrecimiento creo que nos va a ir llevando, hacia ecosistemas de co-creación sostenibles 😉 salu2, besarkadak!!

  8. Una plataforma tecnológica nunca es la solución completa a ningún problema o necesidad. Nunca. Cuando pase la moda del goteolé, nos gustarán las paredes lisas. Creo como bien apunta Ricardo que se trata de cultura. Pero quiero añadir algo más.

    Llevo 10 años vendiendo tecnologia, a menudo malvendiéndola y casi siempre implantándola de forma precipitada y sin la base necesaria para el cambio. Creo que Goteo es un ejemplo de esto que he vivido durante años, los mismos que he necesitado para aprender que lo importante para transformar un tejido social y productivo a cualquier nivel, es la cultura. Si en medio de una cultura inmadura para construir comunidad, implantamos el mejor sistema de inversión social (nota: no he conocido ninguno así) no funcionará. Puede haber excepciones y casos de éxito que repitamos en presentaciones en medio de una nube masturbatoria 2.0 pero la realidad que veo cada día es que necesitamos educar y sobre todo dejar el ombliguismo 2.0. La naturaleza de mi mensaje está destinada a remover conciencias. El target inversor de goteo es extremadamente ínfimo. Se abre paso en una maraña de brechas digitales sangrantes que no alcanzan a comprender la dimensión real del cambio. Por mucho que interpelemos a su comprensión, por mucho que maldigamos el entorno. Jeff Jarvis suele decir algo como esto: «Sólo existen dos alternativas: resistirnos, lo que es inútil, o comprender los cambios e intentar aprovecharlos.» Pero no habla del cómo aprovecharlos ni de lo que implica un cambio ni de velocidades simultáneas ni de personalizar la evolución del cambio y adaptarla a todas las conciencias.

    Me apena comprobar en muchos foros como el diseño de la acción de difusión se enmarca siempre en una exclusión previa. Incluso cuando he viajado para conocer los «entornos paradigmáticos de innovación» del mundo veo cómo se eterniza el diseño del público objeto y se pierde la perspectiva del momento histórico y la realidad de la sociedad objeto. Y esto ocurre porque casi nunca pensamos más allá de un proyecto, nos han educado en el corto plazo y hemos interiorizado lo «efectivo» en relación al tiempo y el coste económico y no a la calidad y el impacto relacionado. Ejemplos de varios proyectos que he conocido en goteo: «Consigue como mínimo esta cantidad de dinero en este tiempo o nada», «Esta campaña solo puede durar esto y tiene que conseguir esto».

    Varias preguntas respecto a estas respuestas impuestas: ¿Realmente tienes la capacidad y el conocimiento necesarios para determinar el tiempo y el objetivo de una iniciativa?, ¿Es goteo una plataforma de fast marketing o de microfinanciación?, ¿Queremos modificar la cultura de la sociedad o simplemente queremos ser mediadores entre la pasta y el que la necesita?. Si queremos esto último, no nos molestemos, ya existe, no aporta nada nuevo aunque puede ser algo lucrativo, seguramente lo sea. Pero no para mí, no para la sociedad que es la que debe decidir cuáles son sus tiempos. No podemos dimensionar ni construir un timming concreto con el que he estado aplicando a mis proyectos durante años porque aquí no se trata de clientes y proveedores, ni siquiera aunque se tratara de ello… las relaciones han cambiado. Queremos agilidad pero no basada solo en el tiempo sino en que la propuesta esté ajustada a la realidad sobre la que se proyecta. No puedo pretender determinar los tiempos de mi tiempo porque en él confluyen muchas realidades, no solo goteo, no solo los proyectos… El emprendimiento social es… otra cosa. Porque la sociedad es la realidad, no es un artificio. En un entorno de marca-empresa podemos jugar a ser señores del tiempo porque en la mayor parte de casos no es un entorno real, es autocrático, ha marginado la actitud y la cultura en pro del beneficio inmediato. En un entorno valor-sociedad no podemos seguir este juego. Nunca. Sale mal. No funciona.

    Por otro lado debemos comenzar a hablar con gente de la Tierra. Esta frase que se la dijo un marciano a otro en un capítulo de los simpsons desde la nave no le vendría mal a todo el establishment autogurizado del 2.0. Herramienta fundamental para el emprendimiento social: la co-creación, pero no solo a la hora de prototipar sino a la hora de planificar y financiar. No solo el qué sino también el cómo y el cuando. Porque repito, no solo depende de mí mismo. En el emprendimiento social, aunque sea muy autónomo y muy freelance siempre siempre siempre trabajo para otros.

    Algo más: El proyecto Getxoberpiztu es sin duda uno de los mejores proyectos de intervención urbana que he conocido. Os diré mi opinión: creo que este es un ejemplo de que no solo falla la cultura (el resto no solo tiene la culpa siempre), también la tecnología y por supuesto el modelo de negocio social. Porque amigos, seamos sensatos, cuando un proyecto tan de genialmente sostenible, planteado y llevado a efecto, no consigue su objetivo, algo en el entorno no funciona.

    Creo que el sentido de la microfinanciación es que sea distribuida, no solo a nivel de inversores sino de plataforma. No se trata de construir casinos de inversión, sino de apoyar de forma real y decidida la innovación social. No acotarla con restricciones de negocio, no aplicar la criba de mercado a un entorno que pretende ser colaborativo y social. El fomento de la competitividad es lícito, pero a mí personalmente me agota. He vivido en la Tierra durante 29 años, os diré que replicar lo que no funciona en estructuras y canales que queremos que funcionen, no sirve.

    En España, más aún en Euskadi (comienzo a conocer esto ahora) tenemos una gran tradición colaborativa y comunitaria. Discutiré con mi espada vorpalina contra el que diga lo contrario. Otra cosa es que en las ciudades la estemos destruyendo pero nuestras raíces están fundadas en eso que algunos llamamos la economia de la colaboración y que de ser recuperada ahora funcionaría genialmente en un ecosistema tan propicio como este:

    – crisis (todo el mundo tiene necesidades),
    – hastio (abiertos a nuevas fórmulas de riqueza social y económica convencidos de que el sistema de distribución de riqueza actual es mas que irregular),
    – talento (estamos sobradamente capacitados para trabajar individualmente, solo hay que educar en el equipo, en la comunidad)

    El resultado de la ecuación es OPORTUNIDAD. De lo más importante que extraigo del artículo de Ricardo es que habéis analizado que tenéis que llegar a esa otra gente que no es «la que invierte en los proyectos» que comentabas que es aquella «verdaderamente con ganas de hacerlo».

    Aún sabiéndome crítico con la concentración de plataformas de microfinanciación en la que no creo, considero que adecuadamente dimensionados, los proyectos pueden involucrar a gente que no sabía que estaba preocupada por el desarrollo de un barrio (por ejemplo en el caso de Getxoberpiztu) pero que descubre que le toca de cerca y quiere participar.

    Apunte histórico: Nuestra democracia es representativa y además con continuas interrupciones (es decir sin larga tradición) de forma que esos votantes zombies que se despiertan cada cuatro años necesitan mensajes claros, contundentes, directos y muy sencillos para que luego -si les interesa- puedan desarrollarlos.

    That´s all. Gracias por el post.

  9. Pingback: Diseño de experiencias « vorpalina y yo

  10. Iñigo, Mikel, Vorpalina: Está claro que de lo que hablamos es de un cambio de paradigma, de procesos de cambio cultural, individuales y colectivos. Y en el caso de Goteo, simplemente es una herramienta, un medio que trata de favorecerlo. En nuestro caso, no se trata del crowdfunding como fin, sino como medio. Lo que nos interesa es lo común, libre y abierto, como algo en muchos casos favorecido por las NTIC’s, pero siempre situado, localizado, en comunidades y grupos de interés físicos y virtuales.

    Por eso, no se trata de que alguien done como quien hace una buena acción, sino que invierta por un interés, buscando un retorno, pero un retorno que además de servirle a ella, le sirva a otras personas (sea un retorno abierto). Por eso, el ejemplo de Getxoberpiztu es interesante, porque tiene dos dimensiones separadas pero interrelacionadas: el proyecto de transformación de un solar en Getxo para uso ciudadano (interesante para la gente del barrio); y el material para facilitar la aplicación de este tipo de procesos participativos, de co-creación en cualquier otro entorno. Quien invierte, tiene que hacerlo porque tiene interés en una (o ambas) de estas dimensiones. Lo demás es una especie de limosna y Goteo (ni el crowdfunding en general) no va de eso.

    Y por eso también en Goteo, como red social, tratamos de desarrollar estas dos dimensiones también de modo complementario. Por un lado, estamos empezando a desarrollar una red de nodos locales (que localicen el efecto de la plataforma, la bajen a tierra, la conecten con realidades, proyectos, personas del mundo ‘real’), el primero de ellos será en breve GoteoEuskadi (con el soporte de Irekia). Por otro, los públicos objetivos de los proyectos no son tan ínfimos como podría parecer; teniendo en cuenta los grupos de interés deslocalizados (tipo larga cola), aprovechamos la potencialidad de internet y el valor principal de los proyectos que tienen cabida en Goteo: que son libres y abiertos, que facilitan la transferencia, la replicabilidad, incluso, dependiendo de las licencias en cada caso, posibilitan la generación de economías derivadas… La cuestión es identificar, afectar y movilizar estos grupos de interés.

    Vorpalina, específicamente sobre los timmings (abres muchas otras puertas, por algunas me he perdido y otras creo que tienen que ver con lo comentado anteriormente). Las plataformas de crowdfunding se centran en una parte determinada de los proyectos, no en todas (aunque puedan tener ciertas funcionalidades -en Goteo tratamos de dar mucha importancia a las colaboraciones y en que se puedan desarrollar relaciones entre agentes, por eso tiene la forma-funcionalidad de una red social y no simplemente de una plataforma-), se centran en la financiación. Y la financiación por crowdfunding tiene algunas ‘normas’ derivadas del análisis de lo que funciona y lo que no, de los condicionantes de las herramientas bancarias y de cierta mimesis con el resto de plataformas que se van desarrollando (con Kickstarter como claro referente). Desde luego, todas estas normas pueden modificarse, como todo en esta vida y más en el caso de algo tan emergente y en proceso de definición como es el crowdfunding). Pero por ahora las que tenemos son una mezcla de las que mejor nos parecen y de las que podemos ofrecer. La imaginación, la experiencia y la tecnología irá mejorando el modelo, diversificándolo, generando posibilidades de excepción, etc. Así, los proyectos deben llegar a Goteo sabiendo que se va a acometer una campaña de captación de fondos, que implica un gran esfuerzo de comunicación-marketing. Si tienen otro objetivo principal, si no están aun en esa fase, si no se ven capaces de sostener la campaña en el tiempo, si no les sale a cuenta para la cantidad que necesitan… Entonces, Goteo quizá no sea lo que (ahora) necesiten. Pero si la respuesta es SI, creo que Goteo es una muy buena opción.

    De todo esto va Goteo. Tratamos de que se entienda y de que cada día funcione mejor, para federar personas y proyectos, conseguir que se movilicen recursos, etc. Por eso es tan importante cada proyecto y cada persona o entidad que decide invertir y colaborar. Según vayamos evolucionando, aprendiendo de la experiencia, otras plataformas vayan innovando, esperemos que todo vaya fluyendo, mejorando exponencial y cualitativamente. Y en ello estamos, tratando de contribuir humildemente al cambio de paradigma hacia lo colaborativo, hacia la recuperación del espíritu procomunal y la puesta en valor de lo libre y abierto.

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